Veinte años

Creo que en el corazón de un veinteañero actual como mi hijo, caben muchos principios y modos de ver la vida que podrían ser compartidos con aquél otro veinteañero que fui hace unos “cuantos” años. Lo sé porque con mi hijo hablo mucho y de muchos temas. Y por supuesto que discrepamos y tenemos puntos de vista diferentes como es lo lógico y natural. Eso sí, los defendemos con pasión argumental, pero siempre con respeto y con cariño. Él aprende de mí y yo aprendo y mucho de él. Siempre respetando nuestros respectivos espacios.

También mi padre fue un veinteañero en la España más difícil posible, años oscuros en una España oscura. Si algo aprendí de mi padre fue a no juzgar a nadie y a ponernos en el lugar del otro para intentar comprender sus posturas. Mi padre –ya fallecido- era un hombre excepcional, hecho a sí mismo en un momento verdaderamente difícil. No tuvo tiempo ni posibilidades de estudiar porque comenzó a trabajar de muy joven. Pero era un hombre lleno de inquietudes que le hicieron aprender de todo,  lo que unido a su intuición y esfuerzo le permitió formarse en una  universidad que no da títulos, la universidad de la vida.

Y yo fui un veinteañero en la época de la transición política, en la que me impliqué mucho en mi etapa universitaria, en unos años que se  llamaron los de la “movida” con un aperturismo desconocido en aquella España que tenía tantas ganas y necesidades de cambios; en la que el ansia de libertad primaba sobre cualquier otra necesidad.  Una época en la que el pop y el rock nacional eran casi una religión y en la que a falta de otros recursos, probábamos nuestra capacidad imaginativa casi a diario.

Y aunque los veinte años de mi padre no fueron los mismos que los míos, ni estos fueron iguales a los actuales de mi hijo, estoy convencido de que hay edades en las que la naturaleza humana y especialmente la juvenil, nos hace compartir muchas ilusiones comunes, todas ellas matizadas, con las vivencias de cada momento en el espacio temporal e histórico que nos toca vivir.

 

Red-Volución

Desde el blog de mi amigo Antonio me ha sido otorgado este premio que acepto encantado y tanto más viniendo de él, cuyo blog allamas2000 conocéis muchos de vosotros, pero por si acaso aún hubiera alguien que no lo conociera, ya está tardando en pulsar el enlace para disfrutar de las historias que nos cuenta Antonio.

¿Cómo funciona el premio?

En este caso, el premio viajará en cadena. Cada persona premiada, tendrá que nombrar otros tres blogs que sean de su agrado y cada uno de estos blogs a otros blogs y así sucesivamente.

De manera que cada blog estará ayudando a dar visibilidad a otros blogs.

¿Cuál es el objetivo del premio red-volución?

El objetivo no es otro que reconocimiento, colaboración y deseos de éxito, todo ello cargado de cariño, de ahí su forma de corazón.

¿Quiénes son los blogs premiados en esta ocasión?

Muy difícil elección, pero en mi caso me encantaría nombrar a:

Mayte,  El blog de Mae

Sara,  Desde el cielo

Claudia, Espacio de imágenes y palabras

Gracias de nuevo amigo Antonio y enhorabuena a las tres premiadas, cuyos blogs llenos de interés, sensibilidad y calidad son ya una visita obligada para tod@s aquell@s que aún no los conozcáis.

Arbitraje

Penalti, es que no lo ves, penalti…” el jugador número 9 protestaba ostentosamente al árbitro, el número 6 casi le zarandea, hasta cinco jugadores más se unieron en las protestas,  el público rugía desde la grada con una colección de insultos, desde el banquillo el entrenador gesticulaba con vehemencia, desde el palco el presidente perdía la compostura, desde el canal 8 de televisión se veía la jugada repetida y maldecían el error, preguntándose “¿por qué , por qué, por qué, no había pitado semejante penalti?»

«¿Acaso el maldito árbitro se ha tragado el silbato?» comentó airadamente el locutor, sin poder ni siquiera intuir, que había acertado de pleno.

Fueron un recogepelotas y el delegado de campo, quiénes se dieron cuenta de que el árbitro apenas respiraba y empezaba a estar amoratado mientras iba perdiendo el pulso.

La maleta

Nunca me ha importado hacer la maleta, de hecho siempre he sido muy práctico con lo que había que meter dentro.

Ahora salgo de viaje una vez más y sin embargo, tengo dudas sobre que llevarme.

Estaba doblando los recuerdos cuando he pensado si llevármelos todos o solo unos cuantos, como he hecho, por ejemplo, con los sentimientos, que no me los llevo todos, porque hay algunos que ya no me «quedan bien», que en su momento fueron importantes, pero que tuve que olvidarlos para intentar salir adelante.

De las emociones me llevo solo las escogidas, incluso si contienen algunas  lágrimas aunque no quisiera que me las vieran en el control de equipajes.

Sucede que los recuerdos van asociados a sentimientos y a emociones y si llevo lo uno, tengo que llevar lo otro. ¡A ver cómo puedo solucionarlo!

Lo que en principio no me llevo es la nostalgia, ni el miedo, ni el desánimo.

Y lo que tengo claro, es que voy a dejar un hueco para poder meter allí la felicidad, por si acaso me la encuentro a lo largo del viaje.

 

foto: http://maxpixel.freegreatpicture.com

 

 

Rotonda

Entraron a la vez en una rotonda, casi se chocan; entonces detuvieron los vehículos y desde el interior comenzaron a dispararse sin piedad.

Un ciclista intentó mediar pero también le dispararon.

Los daños colaterales afectaron a un conductor de autobús que no podía pasar obstaculizado por los coches y por ello también comenzó a disparar.

En medio del cruce de disparos, un hombre de edad puso algo de cordura.

Por fortuna a él no le dispararon.

Y por fortuna, solo se dispararon insultos.

Juicio rápido

Flanagan´s Village, la tienda de Mr Manhill ha sido robada. Los ladrones se han llevado cerca de 400 libras. En la escena del delito ha aparecido un ojo de cristal propiedad de Dexter Brezinsky vecino de Mr. Manhill y a la sazón sospechoso principal.

Abogado acusador (AA): ¿no es menos cierto que le pidieron que cuidara la tienda en la ausencia de Mr Manhill?

Dexter el acusado (DB): no es así, Mr Manhill solo me pidió que le echara un ojo a su tienda

AA: ¿y acaso eso no es lo mismo?

DB: no es lo mismo, mire yo soy tuerto y si le echaba un ojo a la tienda temía perder el ojo bueno.

AA: Mr.Brezinsky ¿está usted tomando el pelo al tribunal?

DB: no por dios, nada más lejos de mi intención, Mr.Manhill me pidió que echara un ojo y lo hice, me quité el ojo de cristal y lo eché en la tienda, no he hecho nada malo.

AA: por favor, ¿quiere hacernos creer que usted no tiene nada que ver con el robo de la tienda y que la aparición de su ojo de cristal, en la escena del crimen, responde solo a una orden de Mr.Manhill?

Abogado defensor (AD): protesto señoría, el abogado está sacando conclusiones.

Juez: se admite la protesta

AA: Señoría de momento no tengo más preguntas

AD: Mr.Brezinsky,describa su situación ocular pasada y presente, por favor

DB: hasta hace un mes tenía un ojo sano y otro de cristal, era tuerto. Ahora tengo un ojo sano pero el de cristal lo empleé en echar un ojo a la tienda de Mr.Manhill, tal y como él me pidió.

AD: en otras palabras Mr.Brezinsky, usted obedeció al pie de la letra la instrucción de Mr.Manhill, ¿cierto?

DB: así fue, lo juro, eché un ojo a la tienda, eso fue todo.

El juicio duró dos horas más que no voy a relatar aquí. Finalmente Dexter fue declarado «no culpable» del robo de la tienda de Mr.Manhill. La policía le devolvió su ojo de cristal. A falta de más pruebas y sospechosos se cerró el caso.

Foto: http://www.dailymail.co.uk

La enredadera

Te conocí una tarde de invierno. No le diste tiempo al tiempo, ni tampoco a mí. 

Yo soy más lento y te lo dije. Tú fuiste más rápida y me lo demostraste.

Trepaste por mis emociones, pegada a mis sentimientos como una enredadera, demasiado cerca, demasiado apretada.

Yo sentía tanto placer como agobio.

Intenté alejarte, pero no pude, por lo que no tuve más remedio que podar tus formas.

Te enfadaste, pero ahora ya puedo respirar de nuevo.

 

Relatos de tres líneas – 2

SOL
Amor, eres el sol que ilumina mis días
tanto lo haces y tanto me das,
que a menudo necesito protección solar


PÉRDIDA
He perdido la ilusión,
se me cayó por la borda
y terminó ahogándose


PICORES
Diminuto tren de juguete
que se arrastra por el suelo,
ferrocarril de orugas


COLORES
Vivas tonalidades de mi ilusión en tiempos infantiles,
sueños guardados con cuidado
en cajas de lápices de colores


FANTASMA
Te convertiste en fantasma,
intentabas asustarme
hasta que te usé de sábana bajera


Mas relatos de tres líneas en:

https://tieneshora.wordpress.com/relatos-de-tres-lineas-i/

Cien palabras

Serán solo cien palabras las que necesite para despedirme o tal vez menos.

Mi innegable locuacidad puede verse ahora en entredicho, porque es precisamente ahora, cuando debo elegir las palabras que expresen exactamente mis sentimientos.

Y eso no es tarea fácil a las puertas de mi viaje.

¿Qué decir sin herir, sin llorar, sin compadecer?

¿Qué verdades ocultar y cuales confesar?

Quizás lo mejor no sea buscar palabras, sino emociones, y tal vez una mirada y una sonrisa me ayuden a comprender mejor el pulso de mi vida, ahora que se está apagando.