Puerta


imageTodos pasaron de largo, yo iba rezagado y en un cruce la encontré y me salí del camino para contemplarla. ¿Qué hacía una puerta ahí, en pleno monte? Probablemente sería un almacén de madera o de utensilios diversos. Ni idea. Por supuesto no intenté abrirla. Tal vez era una puerta hacia un mundo misterioso ¿Por qué no? O tal vez era una puerta hacia el futuro o hacia el recuerdo.  De repente escuché mi nombre, coreado por mis compañeros. Me había ensimismado tanto que estuve veinte minutos con mis pensamientos. Y al final me llevé la puerta a través de la fotografía. Supongo que detrás de ella no habría ningún mundo encantado, o ¿tal vez sí?

Apps

zapatofonoMe encanta la nueva aplicación que está haciendo furor entre jóvenes y no tan jóvenes.  Hay incluso quedadas tumultuosas y gente que va por la calle como posesa con los ojos puestos solo en su Smartphone en búsqueda de la presa por cazar.  Ha sido una idea fantástica y debo reconocer que me ha enganchado.  Hasta ahora las piezas más importantes que he conseguido cazar son  “El arte de amar” de Erich Fromm, “León el africano” de Amin Maalouf, “El nombre del viento” de Patrick Rothfuss y la última trilogía de Santiago Posteguillo sobre Trajano.  Luego una vez cazados, me los puedo descargar legalmente a un justo precio en formato e-book.  Eso sí, debo tener cuidado cuando los busco por las calles, ha habido casos de gente que se ha metido en un cuartelillo o en una finca de toros, incluso ha habido algún atropello. Wow…como avanzan las aplicaciones.

Manta


ambulantes playaDisfrutando de la sombra más que del sol, vi como ese gigantón de color caminaba penosamente por la arena de la playa cargando dos macutos considerables repletos un poco de todo.  Se detuvo en una sombrilla familiar y mostró unos pareos. Ignoro si vendió algo, pero a los pocos minutos se levantó atendiendo al reclamo de otros turistas a los que mostró de nuevo pareos y gafas de sol.  De repente un potente silbido le hizo entrar en alerta, recogió todo velozmente y salió corriendo mientras en la lejanía se veía un todo terreno de la policía municipal.  Al pasar a mi lado tropezó volcándosele parte del contenido de uno de los macutos. Instintivamente se puso a recogerlo frenéticamente y yo de manera también instintiva le ayude a guardarlo todo.  Cruzamos la mirada y vi tristeza en sus ojos. Y entonces me dijo “gracias amigo” y yo le respondí “mucha suerte” 
y le ofrecí una botella de agua.  Serio y cabizbajo la aceptó. Y se fue todo lo rápido que su carga le permitió.