Inicié la andadura de este blog hace ya dos años.
Cumplido ese tiempo, solo puedo agradecer a mis colegas, sus brillantes aportaciones de las que aprendo a diario. Y en algunos casos, también agradezco su amistad.
Me tengo por una persona a la que le gusta hablar y escuchar, pero con el tiempo he conocido y aprendido de la importancia, en ocasiones, del lenguaje del silencio.
Y especialmente del valor de la palabra.
Con frecuencia damos más explicaciones de las necesarias. Y de ahí viene el nombre del blog, porque si te preguntan la hora, no es necesario explicar el funcionamiento de un reloj, ni añadir palabras o explicaciones superfluas que no aportan nada interesante.
Tal vez la edad y espero que la madurez también, me han convertido en alguien pragmático y no muy dado al despilfarro del tiempo ni de las palabras.
Además, soy firme partidario de que si algo no se soluciona pasando página, habrá que pensar en cambiar de libro. Y en ello estoy, en pleno cambio de libro vital.
Un apunte: los relatos que aparecen en este blog recogen historias y situaciones ficticias o no, en todo caso no voy a descubrir cuáles lo son y cuáles no lo son. El lector tendrá que mostrar su capacidad intuitiva.
Buena lectura y gracias por vuestras visitas.
cmontalleri@gmail.com