Pablo no le conoce, aunque piensa a diario en él.
Es cierto que no está literalmente en su vida, pero siente su presencia muy cerca, como un impulso, como un empujón constante para seguir avanzando.
Ignora su pasado, pero siente que él, forma parte de su presente.
Y lo más importante, siempre les agradecerá a él y a su familia, el regalo que le hicieron, nada menos que la vida, cuando recibió ese corazón donado que hoy le permite ver amanecer.
La generosidad de aquellos que más sufren es un ejemplo para todos. Magnífico relato. Un abrazo.
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Uno de los mayores ejemplos de generosidad fue Pablo Ráez fallecido hace ahora un año y causante de la avalancha de donantes de médula ósea. Gracias por tus palabras Carlos y un fuerte abrazo.
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Recuerdo desde pequeñita que mi madre llevaba la tarjeta de donante de órganos (aunque en realidad, si no me equivoco, no sirve ya que de igual manera tiene que dar el consentimiento la familia). Ella me explicó lo que significaba y es algo que siempre he tenido muy claro.
Muy bonito el micro, e interesante el artículo.
Un abrazo
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Me alegra saber que tu madre ya lo tenía claro desde hacía tiempo. Y por supuesto, tú también. El micro intenta ser una reflexión de un enfermo salvado por un desconocido. El artículo es para sentirnos orgullosos.
Un abrazo Luna.
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Excelente micro, tan humano y tan bien acompañado por esa foto … qué acierto ¿te inspiró la imagen este escrito? (Igual no debería preguntar, no sé, es solo porque a mi me pasa mucho con algunas imágenes)
Somos un país generoso, leí el artículo y seguimos en cabeza.
Un gusto conocer noticias buenas.
Un abrazo
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Gracias por tus palabras Úrsula. Respecto a la foto, te confieso que yo hago muchas fotos de todo lo que veo, luego selecciono. Con frecuencia recurro a ellas para algunos relatos y esta en concreto del pasado otoño, la recordaba perfectamente y sin duda me gustó para ilustrar el relato. He añadido el enlace al artículo porque es como para estar contentos. Un fuerte abrazo.
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Gracias, Carlos!
Abrazo grande y buena semana
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Je, je: yo tengo la tarjetita de donante de la que habla Luna. Recuerdo que al principio, no sé por qué, ibas donando a cachitos (que si la córnea, que si un riñón, que si los dos). Con el tiempo se sustituyo por la tarjeta «integral». La verdad es que eso de que estemos a la cabeza de donaciones me hace sentir muy bien como ciudadana de este pedazo de mundo… Un abrazo, Carlos.
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Así es Carmen, como le he dicho a Luna es para sentirnos orgullosos de ese liderazgo mundial, casi ná!!! Ojalá siga la racha y no nos bajemos de esa medalla de oro de la solidaridad.
Un abrazo.
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Muy aleccionador y reconfortante Carlos. Tener conciencia de que podemos hacer más co lo que dejamos, que con lo que nos llevamos; nos motivaría más a hacer donante de lo mejor que tenemos.
Un abrazo cálido.
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Así es Awilda, en realidad es cuestión de voluntad y de solidaridad y como tu dices, de tener la suficiente conciencia para ello y para entender lo bueno de hacerlo hacia los demás.
Otro abrazo para tí.
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Un acto de humanidad.
Aquí por ley somos todos donantes a menos que solicitemos lo contrario.
Un abrazo grande.
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Es estupendo que por ley ya seas donante. Me parece muy avanzado. Te sugiero que busques en google a Pablo Ráez. Este chico falleció hace un año pero fue un ejemplo para todos y consiguió un récord de donaciones de médula. Tienes su historia, sus fotos, su Instagram, etc… seguro que te interesa.
Un abrazo Paula.
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Qué bonito, Carlos. La solidaridad es algo importante en nuestros días 🙂
Una abraçada
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Así es Lidia, cada vez es más importante y de ello tenemos que tomar conciencia todos.
Abraçada
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Ufff. Esa presencia salvadora. Genial.
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Es algo bastante normal al ser las donaciones anónimas. Y siempre vence la generosidad…
Un abrazo.
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