Desde aquél minúsculo cuarto se oía la música de la fiesta, su familia y los vecinos celebraban la victoria de su equipo bailando y bebiendo. El calor era intenso, la humedad asfixiante.
En el cuarto una sola persona pero dos entes propios. Él y la araña que le seguía a todas partes y con la que hablaba a menudo, mientras movía sus propios dedos como si fueran las patas del arácnido en una simbiosis perfecta con su mano.
Habían pasado ya cuatro años desde que el desamor de una mujer, la sinrazón de un galeno y la intolerancia familiar, le postraron allí como un loco. De repente su sobrino dijo, “le llevamos una copa al tío Marcelo” y alguien contestó, “no, que se la bebe la araña”. Todos rieron la gracia, la música se intensificó junto a bailes, cánticos y banderas al viento.
Marcelo en su cuarto pensó que era el momento preciso. Había cogido una afilada cuchilla de afeitar del baño. Y con ella, comenzó a cortar las patas de la araña. No sintió placer, tampoco dolor, tan solo le embargaba la sensación de que era necesario terminar con ella de una vez. Y lo hizo.
Texto original publicado octubre 2016
Pues si no he leído mal, la araña le estaba postrando y quitársela de encima me parece la mejor opción … eso sí se paso un poco con la cuchilla de afeitar aunque igual si hubiera estado bien la hubiera hecho desaparecer de otro modo, ¿no?
Estar mal es horroroso, digo yo!
Buen finde, Carlos
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Las enfermedades mentales son muy duras y tanto más cuando no se cuenta con el apoyo y la comprensión de tus seres cercanos. Me temo que Marcelo acabó con algo más que con su «araña».
Un abrazo Úrsula
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Caramba, eso sí me asusta, y no supe leerlo!
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Lo bueno de esto, es que cada uno interpreta a su manera un mismo texto. A mi eso me parece sumamente enriquecedor para expresar mejor las emociones. No te preocupes Úrsula, lo mismo me ha sucedido a mí en otros blogs y además debe primar la interpretación libre.
Un abrazo.
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Ya, pero debí haberlo visto. Ese es además un tema especialmente sensible para mi.
Un abrazo, Carlos
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Me encanta
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Gracias Nati por tu visita y efusividad.
Un abrazo.
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Ains… 😦 Me da que no solo se deshizo de la araña… Las enfermedades mentales son las más terribles.
Buen texto. Una abraçada, Carlos.
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Así es Lidia. Su «araña» desapareció, cortándole las patas. Te confieso que cuando escribí este relato, me recorrió un escalofrío imaginando la escena de esa simbiosis entre las patas y sus propios dedos. La soledad de Marcelo unida a su estado y a la incomprensión. Un cocktail triste. Un abracada.
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Me gusta mucho el texto Carlos y gracias por compartir. Y nada de arañas.
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Gracias Junior, encantado de compartir mis pequeñas historias con vosotros.
Te confesaré un secreto ahora que nadie nos oye, me encantan las arañas y los bichejos en general.
Un abrazo.
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Marcelo se quedó sin los dedos de una mano. Buen texto, saludos.
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En efecto Elia, eso sucedió. La duda abierta al lector es si terminó también con «algo más»
Gracias por tu visita, un abrazo.
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Es muy inquietante el relato… Yo pensé lo mismo que Lidia..
Muy bueno!
Un abrazo!!!
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Realmente inquietante. Precisamente en mi respuesta a Lidia he comentado el escalofrío que sentí al escribirlo imaginando la escena con la cuchilla. Quizás fue su única salida. Un abrazo Claudia.
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Tu relato me ha recordado la sensación que tuve hace un tiempo al escribir un poema que hablaba de la soledad:
«Soledad, mi amiga íntima,
compañera inseparable de mi vida
enroscada en mí, serpiente fría,
no quiero sentirte mía»
Hablaba de una serpiente que se enroscaba a mí y de la que me quería librar… La soledad que sentía Marcelo se apoderó de él para siempre, mientras los demás disfrutaban de la fiesta. Triste destino.
Muy buen relato, Carlos y dramático.
Un abrazo.
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Precioso poema de soledad. Creo que es algo que nunca queremos sentir como nuestra. Para Marcelo, quizás fue primero la soledad y luego la locura o quizás fue al revés, depende del contexto. Su destino estaba escrito hace tiempo. Me alegra que te haya gustado, un abrazo Estrella.
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Cómo te gustan los bichos, Carlos, y qué poco me gustan a mí… Una escena angustiosa la que describes. Muy buen texto. Un abrazo
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Eso es verdad, me gustan los bichejos, aunque en este caso la araña estaba en la cabeza de Marcelo y por supuesto en sus dedos que simulaban patas. Angustioso como lo son siempre estas enfermedades.
Un abrazo Mayte.
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Oh, coincido con Mayte, es angustioso. Me parece buenísimo el detalle del comentario de la copa que se bebería la araña. El contraste de la fiesta y las risas con la oscuridad (mental) de Marcelo… muy bueno, sí señor.
Un abrazo.
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Marcelo decide terminar con la araña objeto de las burlas de los demás (de ahí lo de la copa). Lo inquietante es que esa araña es él mismo, su mente, sus dedos. Inquietante sí, pero también reflexivo sobre estas situaciones.
Un abrazo Luna.
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El enfermo metal se ve relegado a la soledad y el olvido, pero la familia que está cerca sufre con la misma intensidad o incluso más si cabe por no poder hacer nada y tener que convivir así, siempre con incertidumbre
Un beso 😘
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Como todos los relatos pueden coexistir dos lecturas, en este caso desde el punto de vista de Marcelo o desde el punto de vista de la familia. Es complejo gestionar estas situaciones sin caer en la desesperanza compartida entre todos aunque por motivos diferentes. En este caso la incertidumbre termina cuando Marcelo decide poner fin a la araña que representa todo cuanto le atormenta y sin embargo le da vida. Un abrazo Margui.
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Perdón, me salí de la historia para comentar. Solo expuse un pensamiento sin ceñirme a los personajes.
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Así lo entendí y es un pensamiento certero. La familia lo sufre en primera persona y con no poca intensidad. Tal vez en este micro, la familia no está del todo a la altura de las circunstancias o tal vez ha sobrepasado el umbral de la desesperanza. Otro abrazo.
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Mmm cuando sobrepasas niveles, hay más odio e impotencia que otra cosa. Enfado por no querer poner soluciones. Risas o bromas hay pocas o ninguna… será familia lejana jaja, de los que se van después del café y hasta el próximo cumple 😊😊😊😊
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Bien desarrollado, Carlos. En mi vida se han entrecruzado diversas personas con trastorno bipolar y alucinaciones (mi propia pareja, hace muchos años). Ver que alguien se cree un árbol (y permanece inmóvil durante horas y horas) o un perro (y ladra y muerde a todo extraño -de hecho, mi cuento de «El hormiguero», cuyo título creo recordar que comparto con otro tuyo, narra hechos totalmente reales ) o un secuestrado por ETA (y permanece escondido bajo la cama temblando) es muy, pero que muy difícil de sobrellevar. El humor negro puede servir de espita para descargar tensión y dolor. Un abrazo.
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Estas enfermedades son crueles y dificiles de llevar, primero para el afectado, después para la familia y el entorno, cuesta mucho estar siempre a la altura requerida por la situación. Interesantes los ejemplos que propones, interesantes y dramáticos. El humor siempre es positivo en cualquier ámbito.
Gracias por este comentario tan amplio. Un abrazo Carmen.
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Qué tema tan complejo y terrible es la mente cuando no está del todo sana. En cualquier caso, un gran relato, has conseguido que lo sienta en mis propias carnes.
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Gracias por tus palabras, me gusta que lo hayas sentido tan cerca, aunque sea algo tan inquietante y dramático.
Un abrazo
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Magnífico relato, amigo Montalleri. Gracias!!!
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Gracias a tí Sue por tus visitas a veces silenciosas, otras dejándote ver.
Un abrazo.
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Estremecedor también
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Tomo nota del anexo a tu comentario.
Otro abrazo amiga
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Es un relato muy bien centrado en el momento crucial de la enfermedad. Un abrazo.
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Es el momento inquietante en el que Marcelo decide deshacerse de lo que le hace sufrir aunque comprende a la vez su fiel compañía mental con la que ha jugado y se ha sentido bien en su universo restringido por la enfermedad. La escena cortándole las patas a la «araña» es dura porque no es más que el principio del fin.
Un abrazo Carlos y gracias por leerte todos los comentarios y ser tan participativo.
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escalofriante ese momento autonomía ión que dejas en la imaginación del lector. como en una peli de terror en el momento en que para taparte los ojos te llevas las manos (sin dedos😱😱) a la cara
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Una simbiosis perfecta entre la araña y su mano. Una amistad imaginaria que le ha provocado momentos de juegos pero también la burla de otros. Al final una decisión que termine con todo. En efecto, es el lector quién debe culminar la escena. Tu propuesta es tan magnífica como escalofriante. Enhorabuena. Un abrazo.
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*autoamputación(que no le gusta la palabra al correcto corrector)
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El autocorrector es tan correcto como puñetero jejeje
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No, no, no… yo lo interpreto a mi manera tu texto. La araña es su sufrimiento , su obsesión . Por fin el ha llegado de reconocerlo y desacerse de lo que le molesta para empezar la vida nueva , Es una metáfora que corta los dedos…en realidad mata mentalmente y consientemente a «la araña de sufrimiento» que en su lugar intentantaba matarlo. Yo lo veo como el principio de su resucitación. ¿ También llevo razon, verdad? Así es ,cada uno ve lo suyo, leendo el mismo texto. Muy, muy buen relato.
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Lo mejor es que cada uno aportáis una perspectiva tan válida como la que más, captando esos recovecos del texto que son interpretables y dotando a estos comentarios de un valor como si de un anexo al texto se tratase. Para unos cortar las patas de la araña es la antesala del suicidio dando por cerrado su sufrimiento. Tu interpretación de un acto de resucitación, abre una vertiente que no se había tocado aún, frente a la lucha que Marcelo lleva a cabo. Liberado de la “araña” como inicio de una nueva vida. Mil gracias por tu aportación, celebro que te haya parecido interesante el texto.
Un abrazo.
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Un relato magnifico, que va in crescendo independientemente en dos salas, pintándonos al mismo tiempo la distancia frecuente que suele haber entre personas con esta enfermedad y sus familias.
Creo que la mente puede llegar a ayudarnos tanto como jugarnos verdades malas pasadas. Y este es un claro ejemplo. Tiene un poder incalculable y a veces vamos cayendo en ella lentamente como en una tela de araña…
Un abrazo, compañero. Me gustó mucho.
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Acabo de ver tu comentario, disculpa Mukali que no te haya contestado antes, se me debió pasar 🙄 Y aunque llego tarde te agradezco tu visita y tu aportación a este post delicado en cuanto al tema. La mente es una sorpresa con todo lo que ello supone.
Un abrazo muy grande y siento el retraso 😊
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No llegas tarde, Carlos, tranquilo. Lo bueno de worpress es q siempre nos avisa jejej.
Un abrazo
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Uffff me impactó y me gustó leerte. Besos a tu lindo corazón.
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Si, es impactante, como lo son estas enfermedades que requieren de mucho cariño y paciencia de los que están alrededor. Un abrazo y encantado de tu visita.
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Impactacte y duro. Las enfermedades mentales son muy crudas y difíciles. Un abrazo
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Asi es José Carlos y esa era la idea básica a transmitir con este texto. Un abrazo.
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