La nota

Imagen: Pixabay

Una despedida de soltero siempre parece un buen plan. Y si el destino es Sevilla aún mejor. Sin embargo, las consecuencias puedes ser un poco penosas. También la edad hace que uno ya no esté para según que trotes.

En el Ave de regreso, sentía un martilleo en la cabeza, junto a una sensación de sueño y de desazón. Vamos, una resaca importante. Sentado junto a la ventana cerré los ojos intentando superar la situación, pero al final sucedió lo inevitable. Iba a vomitar, así que salí de un salto de mi asiento por encima de la mujer que estaba a mi izquierda, sin permiso, sin educación, no podía entretenerme en explicaciones, corrí por el pasillo hacía el servicio y bingo… estaba libre.

No voy a dar detalles de la experiencia, no merece la pena. Tras el desastre, me lavé la cara, estaba empapado en sudor y salí al pasillo a airearme. El vagón bar estaba a dos de distancia así que dando tumbos llegué hasta él a tomarme una botella de agua.

Entonces recordé a la mujer que estaba a mi lado y me pareció oportuno llevarle una bebida en forma de disculpa. Así que me llevé, un refresco, una botella de agua y un café, supongo que algo de eso aceptaría. Con todo dentro de una bolsa llegué a mi asiento y lo primero que hice fue pedirle disculpas por lo sucedido.

Y por fortuna me entendió a la primera, me ofreció una hermosa sonrisa e incluso bromeó “¿una noche dura en Sevilla, verdad?”. Aceptó el botellín de agua y aceptó también mis disculpas. Unas frases amables de rigor y nada más. Ella siguió enfrascada en su libro y yo comencé a encontrarme un poco mejor hasta que me dormí.

Tan cuajado me quedé que no me enteré de la llegada del Ave a Atocha y fue una azafata la que tuvo que despertarme, cuando apenas quedaban ya pasajeros.

Una vez en casa, vacié la mochila en la que llevaba lo poco que necesité para el viaje y fue entonces cuando descubrí una hoja doblada en su interior.

Y en ella, escrito de puño y letra una nota: “a veces es necesario emborracharse de optimismo, de ánimo, de vida, y eso siempre será mejor que emborracharse de alcohol”.

Aún conservo la hoja.

Autor: Montalleri

Ahorremos explicaciones, nunca emociones

44 opiniones en “La nota”

  1. Un buen consejo, pero como todos los buenos consejos, tiene su complicación seguirlo.
    (¿Alcohol, resaca, eso qué era? Me suena pero ni me acuerdo…)
    ¡Buen fin de semana! Cuidado con el alcohol que a estas alturas las resacas duran más que un viaje de vuelta 😉 Un abrazo

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    1. El consejo me parece muy apropiado pero, ya sabes el refrán «consejos vendo que para mí no tengo» en todo caso mal asunto el de la resacas. No obstante Luna, te confieso que yo casi no bebo y que aunque la historia es prácticamente real y aunque esté escrita en primera persona no fui yo el protagonista de la misma 🙄 Aunque la viví, muy, pero muy de cerca 😎
      Buen fin de semana también para ti y un abrazo.

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  2. En lugar de una simple botellita de agua la señora del libro tuvo tres opciones para elegir, a eso lo llamo yo … todo un caballero!
    Me has sacado la sonrisa con eso de ‘tan cuajado’ y que tuvieran que despertarte 😊
    Abrazo grande, Carlos!

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  3. He podido imaginar cada escena de la situación y eso refleja tu excelente descripción, hace tanto tiempo que no pruebo el alcohol que he olvidado el sabor. Si recuerdo el doloroso efecto que produce sobre la migraña. Un abrazo.

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    1. La frase es en si misma un excelente consejo. La decisión acerca de si es real o ficticia me gusta a veces dejarla a criterio del lector. Es cierto que al escribir en primera persona le da como más fuerza. No obstante te diré un par de apuntes: yo apenas bebo pero el viaje sucedió tal y como aparece en el post.
      Una abraçada Lidia y buen fin de semana.

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    1. También hay gente que bebe más de lo previsto sin apenas darse cuenta, una copa lleva a otra y luego pasa lo que pasa. Hay que saber beber con la moderación justa y eso no todos lo saben hacer. No me sorprendería que la compañera de viaje fuese tal y como tú propones, el hada del Ave, excelente idea.
      Un abrazo y buen finde.

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    1. Lo importante es no excederse y si eso sucede no hacer tonterías en situaciones peligrosas. La clave del relato es más el consejo de la mujer que la propia resaca del protagonista. Emborracharse de vida es algo excepcional.
      Un abrazo y buen finde.

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      1. Sí, y con la edad, ese puntito es más pequeño, hay que ponerse la gafas para verlo.
        Peor lo tienen los que beben para olvidar y de lo único que parecen olvidarse es de la resaca del día siguiente.
        Saludos Carlos 🙂

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    1. Comprenderás que no se puede contar todo, uno tiene una reputación jajaja. Te aclaro que yo apenas bebo aunque el protagonista de mi micro le da y bien dado… Sin embargo el relato está basado en una experiencia real y es que no todo el mundo asume bien la ingesta de alcohol.
      Un abrazo y buen finde,

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  4. No dejarías tú la notita a una señorita cuajada????? En fin, que muy real y con moraleja, me gustó.
    Besacos, Carlos!!!!
    PD: ¿No te animas a participar en el concurso? Seguro que dejarías algo bueno😉

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  5. ¡¡A mí no me dejan notitas como esa!! Es broma, pero es verdad… ¡¡no me las dejan!! Ja ja… Oye, pues a mí me parece el relato y sobre todo el detalle de la nota muy hermoso y emocionante, en realidad totalmente poético. Las resacas, mala cosa, y de las vomitonas ya no hablemos. Jamás había oído o leído una definición tan elegante de la resaca, oye, es para quitarse el sombrero: «un martilleo en la cabeza, junto a una sensación de sueño y de desazón». Buen relato, me lo creo que lo viviste de muy cerca…

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    1. Es cierto que queda poético incluso algo entrañable, verdad? beber siempre con moderación esa es la clave para no hacer tonterías de ningún tipo. Me alegra que te haya gustado la definición de resaca, pero estarás conmigo en que lo del martilleo en la cabeza es casi literal jajaja😎
      Si ciertamente, lo vivi muy pero muy de cerca. Un gran abrazo.

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  6. Ufff. Gran consejo de esa pasajera anónima… Y muchos deberíamos tomar nota… no es necesario el alcohol… La vida te embriaga de placeres inimaginables. Déjate llevar y te sorprenderá. Un abrazo amigo

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