Su elección

Imagen: Pixabay

Fue su elección. Eligió inicialmente un camino, aunque luego se lo fueron perfilando peligrosamente. Solo una durísima y sólida formación, le permitió soportar la situación, en todos los ámbitos tanto físicos como psicológicos.

Era capaz de negociar con dureza, sin escatimar el ataque si era preciso, bajando incluso a las alcantarillas de la política, de las finanzas y por supuesto de la guerra. Dio órdenes inconfesables, negó la evidencia una y otra vez, mostrándose como un hombre de varias caras. Afable pero frío y peligroso.

Le gustaba su trabajo pero comprendía que llegaría el día en el que todo acabaría, tal vez muerto, tal vez desaparecido, tal vez con una nueva identidad, en otro lugar, en otro destino.

Pasaron los años y una mañana estaba de paso en su ciudad de origen y encontró fácilmente a Ana, en realidad la tenía monitorizada, era algo sencillo para él. Y allí la vio haciendo deporte por el parque, yendo al hospital donde trabajaba o recogiendo a su hija del colegio.

Ana, su pasión de juventud con la que se prometió amor eterno. La única duda en su elección. La peor mentira contada jamás. El dolor que no podía disimular ni su dureza, ni su coraza.

Fue un día tal como hoy, cuando tuvo que romper con su vida, con un único objetivo, prepararse para formar parte del servicio secreto de un país que ni siquiera era el suyo. Pagaban muy bien, pero se convertiría en un mercenario, en un maldito mercenario.

Fue su elección, a costa de su amor, a costa de su vida.

Autor: Montalleri

Ahorremos explicaciones, nunca emociones

36 opiniones en “Su elección”

  1. Me parece que este tipo de personas están hechos de una pasta especial para poder o aprender a soportar todo lo que conlleva la elección de una vida como esa, aunque como dices, una vez dentro se la perfilaran peligrosamente.
    Me alegra que al menos dudara ante Ana, pero quizás había cruzado ya demasiadas líneas y el amor no le bastaba … es una opinión!
    Genial como todos tus relatos, Carlos, que siempre me invitan a pensar o a preguntarme cosas
    Un abrazo

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      1. Esa es una posibilidad. Tal vez prefirió renunciar a una relación ya encaminada ante la imposibilidad de llevar dos vidas paralelas, que obviamente, no se cruzan nunca al ser paralelas. Y eso no es vida.
        Otro abrazo.

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    1. Supongo que en esta profesión se cruzan demasiadas líneas rojas y secretas. Y sin duda es una elección para la que hay que valer, al menos de alguna manera posiblemente de dudosa reputación, me temo. Pero siempre los caminos pueden cruzarse con la realidad de un corazón, que por duro que sea, sigue teniendo.
      Un abrazo Úrsula.

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  2. Un alto precio sin duda, pero imagino que al comienzo le compensaría. Como siempre en la vida, el paso del tiempo nos coloca en nuestro sitio, por muy duros que seamos, como es el caso de tu espía. Dudo que sea una vida apasionante, salvo en las peliculas claro. Un abrazo.

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    1. El tiempo siempre nos poner en el lugar que nos corresponde. Y el hecho de que exista un amor no modifica nada esa posición que se nos otorga. Coincido contigo Miguel, en que en las películas puede parecer una vida excitante, pero me da que la realidad es muy diferente y nada envidiable, aparte de cuestiones de ética en las que no hemos entrado. Un abrazo.

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  3. Fue su elección; sin embargo, en algún momento la vida le pasará la cuenta porque relegó parte importantísima en la vida de toda persona: los sentimientos y emociones. A la hora del recuento final, creo que no se sentirá feliz.
    ¡Excelente entrada, Carlos! ¡Gracias!
    ¡Un gran abrazo!

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    1. Relegar algo tan importante es privarse de la sal de la vida. En su defensa si acaso, considerar que su “profesión” era lo suficientemente extraña, incluso peligrosa, como para ello aunque nadie le obligó a decidir por dinero.
      Gracias Sara y otro gran abrazo para ti.

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    1. Lo que sucede es que el amor también hay que saber expresarlo, pero las decisiones y en este caso las prioridades, implicaban una separación forzosa y por lo visto dolorosa para él, que fue el que hubo de mentir.
      Gracias Gloria y un abrazo.

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    1. Sí pero se dio cuenta tarde. En la vida hay que priorizar y esto sucede en muchos casos, si bien no son tan drásticos como la profesión de espía, por supuesto, pero puede darse en otros ámbitos más cercanos. Desde luego que no hay dinero que cubra esa sensación de soledad.
      Un abrazo Luna y buen finde.

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  4. Cuando, en su juventud, antepuso su remunerado trabajo a formalizar su relación sentimenal es porque sus sentimientos no eran suficientemente profundos, seguramente con sus habilidades hubiera podido encontrar otra profesión aunque no tan bien pagada. Emular a James Bond es lo que a muchos, en algún momento de la vida, nos hubiera gustado.
    Ahora con el paso de los años y, posiblemente, por el hastio de su frío trabajo se replantea que hubiera sido si se hubira quedado con Ana. Seguramente, por sus inquietudes, no habría llegado a buen puerto la relación.
    Cuando hay Amor de verdad, las inquietudes personales son compartidas 🙂
    Saludos Montalleri, Carlos Montalleri 😉

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    1. Quizás lo más importante de tus palabras se resumen en la última frase, con amor, las inquietudes se comparten. Fue en efecto su elección de la que parece arrepentirse ahora aunque ya sin posibilidad de marcha atrás. Imagino que su trabajo un tanto especial, le reporta muchas situaciones tensas y no poder o saber compartirlas es duro.
      Un abrazo y buen finde

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  5. Elegir el dinero cuando no puedes gastarlo con quien quieres. Dejar una vida para pasarla en soledad, en una mentira constante. Desligarse de toda tu realidad.
    Imagino que lo hacían creyendo que daban todo por devoción a su país, pero al final se planteaban si mereció la pena.
    Besos 💋💋💋

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    1. Es un tanto especial por la temática, mira que hay profesiones pero la de espía debe ser especialmente compleja como para compartir la vida con alguien. Tal vez en su rechazo al amor de juventud hay también un componente de protección hacia la chica. En todo caso es una vida desligada al menos de la realidad que nos alimenta a diario. ¿Merece la pena? Ya es tarde para decidir.
      Un abrazo Margui y buen finde.

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    1. Intriga toda, dramatismo mucho, pasión acompañada de nostalgia. En la vida difícilmente hay marcha atrás ante nuestras elecciones, algunas más sencillas que la de ser espía, pero creo que es aplicable a mucho de lo que nos rodea. ¿Continuación? Jejeje me temo Carlos que muchos de mis micros quedan abiertos o al menos tanto como la imaginación del lector.
      Un abrazo y buen finde

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    1. En este caso además es una vocación con un compromiso especial, el del silencio, incluso el de la mentira. No es lo mismo que tu vocación sea la de naturalista en la Antártida que la de espía mercenario para otro país. Lo primero es confesable, lo segundo supongo que no (nunca he sido espia 🙄). ¿Así que de pe a pa?… me alegro 😊
      Buen finde también para vos😉

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  6. Un camino y enfrente dos bifurcaciones, una le lleva al poder, a la intriga, al peligro constante, el otro le lleva al amor, a la seguridad, a la rutina…
    Y una decisión, el amor parece que puede esperar, la aventura está ahí, esperándole. Y elija la segunda opción. La vida pasa, pero no hay vida, se ha perdido a lo largo del camino, no tiene casa, no tiene familia, no tiene amor, ahora tiene más años y más soledad.
    Y recuerda… Ana, siempre Ana, ¿se equivocó? sí, seguramente, podría haber tenido una vida menos emocionante, pero mucho más feliz. Ana, Ana, su nombre golpea su conciencia cada noche y en la soledad de una habitación de hotel, una lágrima humedece la almohada…
    Un abrazo, Carlos.

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    1. Casi una prolongación del texto Estrella y muy acertada, porque las decisiones nos marcan, incluso no tomarlas también nos marca. Para sentir esa nostalgia no es preciso dedicarse al espionaje, en verdad es un sentimiento que en alguna medida todos conocemos. Conforme lo escribía se abrió en mi la duda sobre si también pudo dejar a Ana por amor, precisamente por amor. Por no querer ofrecerle una vida plagada de silencios y de mentiras. Sea como fuere, el dolor ahora, pasados unos años, está latente. Un abrazo fuerte.

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      1. La persona que te quiere no te hará llorar. Las personas que dicen quererte pero luego ponen excusas para no estar contigo, es que no te quieren lo suficiente, al menos eso es lo que creo yo.
        Y siempre nos arrepentimos cuando ya no queda tiempo…
        Un abrazo.

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  7. Interesante texto, que empieza como termina «Fue su elección».
    Hay personas que no saben compartir su vida: sentimientos, inquietudes, miedos, elecciones, cuarto de baño… 🙂
    Comparto la opinión de Estrella: el pobre protagonista no sabía amar. Puede que se aferrara al recuerdo de Ana, pero no creo que supiera amarla en su día, y lo de ahora yo lo tildaría más de acoso 🙂 , en cuanto a lo que algunos habéis apuntado de no decirle nada a ella «por su bien»… yo es que lo de los mártires y paternalismos no lo llevo muy bien, si fuera Ana preferiría tener la información y poder elegir por mí misma.
    En fin, lo dicho, un texto, muy redondo.
    Enhorabuena Montalleri

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    1. Hay personas que no saben compartir, así en genérico. Ellos se lo pierden cuando toman decisiones que no tienen vuelta atrás y menos con el paso de los años, y menos aún cuando les conviene por interés, tristeza o desazón.
      Lo de si renunció a Ana por el bien de ella no deja de ser una licencia al romanticismo, no tanto al paternalismo aunque entiendo “por donde vas”. El texto lo permite, suele estar abierto a las interpretaciones que enriquecen y mucho el texto a través los comentarios.
      Me alegra que te haya gustado Ecléctica.
      Un abrazo fuerte.

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