Una de las cosas que me acercaba a España en mis estancias británicas, era jugar al mus. Junto con otros tres compatriotas nos echábamos unas partidas apoteósicas a tan noble juego y en el lenguaje habitual del mismo, ese que los no adeptos a este juego de cartas, no pueden entender.
Nuestro amigo Ian, escocés para más señas, se entusiasmaba con el juego, le encantaba la baraja española con sus caballos, sotas y reyes, pero no entendía nada de nada, tal vez por eso y por la rapidez de las manos, la agilidad de los puntos y las risas que nos echábamos le hizo proponerme una tarde lluviosa que le enseñara a jugar al mus.
Ardua tarea, sin duda, para alguien que no conoce el idioma castellano. Sin embargo asumí el reto de enseñarle a base de explicarle el sentido de cada jugada, de las apuestas, el significado de “envido” “y dos más”, “llevo pares” o incluso “voy pelao, vaya mierda de cartas”.
Exponer el proceso de enseñanza me daría para un blog entero, pero sí que me gustaría intentar transcribir al menos algunos momentos de una de las primeras “manos” del bueno de Ian….. porque escuchar con su recia voz escocesa decir en spanglish “ envidouuuu a grrrrrrande” “chicaaaa passsouuu” “llevo parrrres y te metou tres porrrrque voy forrrrrrrado” o incluso “ dos a juegouuuuu a que no hay cojouuuunes para verrrrrlo” es algo sencillamente irrepetible.
Lo de menos es si Ian ganó alguna partida, que lo hizo, si bien añado que su pareja de mus era yo y eso –modestia aparte- era una garantía, lo importante fueron los buenos momentos compartidos, que siempre que nos vemos recordamos con una sonora carcajada alrededor de una cerveza, como aquellas que servíamos en un pub de Inverness hace mucho, mucho, mucho, tiempo…