Manu 31 años, es frágil, a veces le gustaría desaparecer, intenta ser escritor, y su falta de autoestima solo es comparable con sus excelentes reflexiones. Café con leche. Marta 46 años, casada con dos hijos y un marido que la evita, la quiere pero la evita. Administrativa, no tiene sueños, solo tiene realidades. Café con leche y croissant. Ramón 38 años, trajeado, barba de tres días. Comercial de éxito. Divorciado con una hija a la que dedica su poco tiempo libre. Es un hervidero de ideas. Desayuno completo. Ainhoa 22 años, estudiante, deseosa de salir del hogar familiar. Decidida. Rebelde. Busca su rumbo. No aguanta a sus padres ni las preferencias por su hermano. Quiere ser un espíritu libre. Té con leche fría. Ignacio 57 años, viudo, más de tres décadas en el taller, ha oído rumores de prejubilaciones, quiere dejarlo todo y marcharse pero no sabe a dónde, ni con quién. Sustituye con humor sus tristezas. Café y churros.
Manu, Marta, Ramón, Ainhoa e Ignacio han coincidido en la cafetería de Ana. Lo llevan haciendo desde hace mucho tiempo y se seguirán viendo aún más. Se miran. A veces sin darse cuenta se saludan cortésmente. Apenas un mínimo comentario. Nada saben de los demás y cada vez saben menos de ellos mismos. Solo tienen muy claro que no quieren ser perdedores.