Pescado

Imagen: Montalleri

En la Lonja del pueblo, Marcelino escogía el mejor pescado para su restaurante. Su capacidad para seleccionar las mejores piezas era conocida en todo el pueblo.

Nadie se lo discutía ni mejoraban sus ofertas. Le tenían un enorme respeto, al punto que otros compradores esperaban a que Marcelino seleccionara los lotes que iba a llevarse, para lanzarse a la subasta de los restantes.

En alguna ocasión, Marcelino les explicaba que él no elegía el pescado, sino que realmente era al revés, más bien era el pescado el que le elegía a él. La gente le sonreía cuando decía eso.

Por las noches en casa, Marcelino se cuidaba con delicadeza, las escamas que le habían salido desde hacía unos años en el torso.

Era su secreto, nadie más debía saberlo. 

Autor: Montalleri

Ahorremos explicaciones, nunca emociones

32 opiniones en “Pescado”

      1. A escondidas lamiéndose las heridas que tardan en cicatrizar por estar fuera de su hábitat, pero deseando volver a lo desconocido, porque le hace sentir que está vivo, que todo no está perdido, que hay algo más que seguir flotando de por vida 😊😊

        Le gusta a 1 persona

    1. Bueno, carne o pescado, siempre es difícil elegir la mejor pieza, pero si te sientes un poco pez, tal vez la elección de pescado sea más sencilla. Caramba, gracias por lo de la imaginación desbordada. La verdad es que imaginación, no me falta 😉 Un abrazo.

      Le gusta a 1 persona

  1. Atracción mutua, se entiende. Pero hay cierto toque de canibalismo o de genocidio, si es que Marcelino no come el pescado que elige… ¡pobre hombre, va a cargar toda la vida con esa losa en su conciencia!
    Muy bueno, Carlos. Un abrazo.

    Le gusta a 1 persona

    1. Como han dicho en otro comentario, tal vez se trate de un sireno, en ese caso, no creo que pruebe el pescado que compra en la Lonja. De todas formas, cruel forma de vida…
      Un abrazo Estrella, me alegra verte, hacia algún tiempo que no te veía por aquí.

      Le gusta a 1 persona

      1. Ya pasé por lo mismo con mi marido y es tremendo verles como se van apagando y de esa manera tan cruel. Un problema añadido es que soy yo sola para ocuparme de ella, mis hijos con su trabajo poco pueden hacer y no tengo más familia aquí, así que tiro como puedo, de momento he cogido un permiso en el trabajo, no podría compaginarlo.
        Gracias por tus ánimos y un abrazo.

        Le gusta a 1 persona

Comentarios cerrados.