En la Lonja del pueblo, Marcelino escogía el mejor pescado para su restaurante. Su capacidad para seleccionar las mejores piezas era conocida en todo el pueblo.
Nadie se lo discutía ni mejoraban sus ofertas. Le tenían un enorme respeto, al punto que otros compradores esperaban a que Marcelino seleccionara los lotes que iba a llevarse, para lanzarse a la subasta de los restantes.
En alguna ocasión, Marcelino les explicaba que él no elegía el pescado, sino que realmente era al revés, más bien era el pescado el que le elegía a él. La gente le sonreía cuando decía eso.
Por las noches en casa, Marcelino se cuidaba con delicadeza, las escamas que le habían salido desde hacía unos años en el torso.
Era su secreto, nadie más debía saberlo.
Era un profundo entendido en la materia. Como el hombre pez de Lierganes. Un abrazo.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Fantástica la historia del hombre pez de Liérganes. Tal vez Marcelino era familiar suyo…
Un abrazo Carlos.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Gran mimetismo… Me hizo recordar el cuento titulado Axolotl de Cortázar.
Abrazo
Me gustaLe gusta a 1 persona
Gracias Xabier. Genial que te haya recordado el axolotl de Córtazar.
Un abrazo.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Marcelino, restaurador y depredador en un solo engendro…No comeré sushi por una temporada.Mola.
Saludos.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Pues sí, dos en uno. Dos dimensiones en un solo cuerpo, difícil de asimilar.
No dejes de comer sushi que es una delicia 😉
Gracias por visitarme, un abrazo
Me gustaLe gusta a 1 persona
Un hombre de Mar, literalmente 😂✋
Me gustaLe gusta a 1 persona
Y tanto que literalmente. No me extraña que los pescados de la lonja le eligieran a él 👍
Abrazos JM
Me gustaLe gusta a 1 persona
Haber sido alevín de sirena tiene sus ventajas 😁
Saludos Carlos ✋
Me gustaLe gusta a 1 persona
👏👏👏
Me gustaLe gusta a 1 persona
Elegir o ser elegido. Quién da el primer paso. Quién tiene un secreto tiene un tesoro.
Me gustaLe gusta a 1 persona
¿Quién elige a quién? solo desde dentro del secreto podríamos entenderlo. Y ahí queda la soledad del protagonista cuidándose las escamas, que nadie ha visto jamás.
Un abrazo Margui 😉
Me gustaLe gusta a 1 persona
A escondidas lamiéndose las heridas que tardan en cicatrizar por estar fuera de su hábitat, pero deseando volver a lo desconocido, porque le hace sentir que está vivo, que todo no está perdido, que hay algo más que seguir flotando de por vida 😊😊
Me gustaLe gusta a 1 persona
Es probable que con el tiempo, el mar pase a ser su habitat natural. Será el fin de su proceso. Digo yo 🙄
Mientras tanto, el mejor pescado se come en su restaurante, eso seguro.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Qué rico 👅👅
Me gustaLe gusta a 1 persona
Estaba entre sus congéneres.
Y cuando ya no pueda respirar en la tierra, ¡al mar!
Un saludo, Carlos
Me gustaLe gusta a 1 persona
Tal vez se transformaba poco a poco y su final no sería otro que el que tú puntas: volver a sus orígenes para no tener jamás que ocultar su secreto.
Un abrazo Paloma
Me gustaMe gusta
¡Ojo!..hay casos peores….lo de saber elegir la carne de ternera, por ejemplo. Un abrazo para un hombre de la imaginación desbordada.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Bueno, carne o pescado, siempre es difícil elegir la mejor pieza, pero si te sientes un poco pez, tal vez la elección de pescado sea más sencilla. Caramba, gracias por lo de la imaginación desbordada. La verdad es que imaginación, no me falta 😉 Un abrazo.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Jejeje Sorprendente!! 👏👏👏👏👏
Me gustaLe gusta a 1 persona
Me alegra haberte sorprendido 😊
Un abrazo
Me gustaLe gusta a 1 persona
Esta historia me deja escamado. Ya no voy a ver al pescadero de la misma forma XD Muy buena.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Gracias Juan, no te escames demasiado, lo importante es que el pescado sea de calidad.
Un abrazo.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Atracción mutua, se entiende. Pero hay cierto toque de canibalismo o de genocidio, si es que Marcelino no come el pescado que elige… ¡pobre hombre, va a cargar toda la vida con esa losa en su conciencia!
Muy bueno, Carlos. Un abrazo.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Como han dicho en otro comentario, tal vez se trate de un sireno, en ese caso, no creo que pruebe el pescado que compra en la Lonja. De todas formas, cruel forma de vida…
Un abrazo Estrella, me alegra verte, hacia algún tiempo que no te veía por aquí.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Carlos, una enfermedad terminal de mi madre me tiene absorbida totalmente, apenas entro en el blog, aunque intento no desconectarme del todo. Tengo un poco «mono», la verdad…
Abrazos.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Mucho animo Estrella para estos momentos tan difíciles. He pasado por eso hace tres años con mi padre, creo que puedo entenderte. Recibe mi abrazo sincero. Tienes mi email en el blog para lo que quieras.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Ya pasé por lo mismo con mi marido y es tremendo verles como se van apagando y de esa manera tan cruel. Un problema añadido es que soy yo sola para ocuparme de ella, mis hijos con su trabajo poco pueden hacer y no tengo más familia aquí, así que tiro como puedo, de momento he cogido un permiso en el trabajo, no podría compaginarlo.
Gracias por tus ánimos y un abrazo.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Un sireno. Un final imprevisible.
Un saludo.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Tan imprevisible como secreto, mientras pueda vivir ocultándolo
Un abrazo Valverde, gracias por tu visita
Me gustaMe gusta
Era experto Marcelino. Genial. Un abrazo
Me gustaLe gusta a 1 persona
A la fuerza tenia que serlo en su intima transformación, digamos que estaba escamado 😉 Gracias por tus comentarios.
Un abrazo José Carlos
Me gustaLe gusta a 1 persona