Tres consejos

Imagen: Pixabay

Mi primer trabajo fue en una compañía de alimentación, afincada en Madrid. Recuerdo las reflexiones que me hizo mi primer jefe hace ya muchos años.

Me dijo, “Carlos, la discreción es fundamental en el trabajo, es importante que tu mano izquierda no sepa lo que hace tu mano derecha” y añadió “no olvides que, en una conversación, tan importante es lo que se dice como lo que se calla y a menudo esto último es aún más decisivo”. Y por último, una frase singular “más se consigue con una gota de aceite que con mil de vinagre”.

Tal vez en ese momento y a mi edad de entonces, no entendí en su totalidad el sentido de estas frases, pero con el paso del tiempo me he dado cuenta de que son muy ciertas. Y por eso también adopté estas reflexiones para mi vida personal.

Así pues, he intentado hacer de la discreción un valor sólido de mi persona, he intentado aprender a interpretar el lenguaje del silencio, a menudo tan complejo y delicado, y siempre que es posible, intento aligerar las tensiones de los conflictos cotidianos, en la búsqueda de soluciones consensuadas. 

Si he tenido éxito o no, creo que no me corresponde a mí señalarlo. Ignacio que así se llama ese primer jefe, me dio tres buenos consejos, que he aplicado de la mejor manera posible. 

Ahora se ha jubilado y aunque nuestras vidas profesionales se separaron hace años, seguimos manteniendo el contacto. Por fin puede disfrutar del golf y del mar cerca de Cádiz. Un gran tipo.

Autor: Montalleri

Ahorremos explicaciones, nunca emociones

32 opiniones en “Tres consejos”

    1. Sin duda, los consejos por buenos que sean, han de ser interpretados. Por eso en ese momento inicial, no terminé de entenderlos. Sin embargo con la experiencia, con la madurez he comprendido su validez y su actualidad.
      Un abrazo JM y como siempre, gracias por tus visitas.

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    1. Eso depende mucho de la edad, de las circunstancias, de la madurez. En otros ámbitos cuantas veces no comprendemos los consejos paternos, hasta que nosotros mismos somos padres. Pues yo creo que así con todo.
      Un abrazo Valverde y gracias por tus visitas.

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    1. En cualquier conversación, negociación o discusión podemos optar por defender nuestras ideas con firmeza pero también con respeto, con asertividad, sin vehemencia. Esa sería la gota de aceite.
      Por contra podemos afrontar esa misma conversación y nuestra firmeza, de manera dura, ácida, vehemente, incluso brusca. Esa serían las mil gotas de vinagre.
      La conclusión es que con respeto y asertividad conseguiremos más de nuestro propósito que con malos modos, incluso gritos, etc… Aplicable a la vida profesional, pero también en el plano familiar o de amigos.
      Espero habértelo explicado bien 😉 Un abrazo Luna 😊

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  1. Es de gran valor poder atesorar consejos a lo largo de los año y sobre todo ver su aplicación en nuestras vidas.
    Comparto eso que dices del lenguaje del silencio, Carlos, porque a veces llega a decir más que muchas palabras y siendo oportuno nos guarda de inconvenientes y abre un compás de espera para lo mejor.
    El aceite permite que las cosas pasen y sigan, se resbalen, que no se queden afectándonos, el vinagre … bueno es más ácido y puede caer fuerte en quien lo recibe y por eso muchos lo evaden.
    Que bueno que ya tu amigo disfruta de la tranquilidad y sus placeres.
    Los consejos aplicados, son transmitidos naturalmente.
    Un abrazo.

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    1. Hay consejos muy válidos y basados también en el sentido común. La discreción, el respeto, la interpretación sin exagerar las cosas, la asertividad, todo influye. El lenguaje del silencio es de los más difíciles de entender porque carece de traducción o al menos es susceptible de diversas interpretaciones. En cuanto al aceite y al vinagre, lo has explicado de maravilla. Yo también lo he intentado explicar en mi respuesta a Luna. Me parece un consejo muy importante. Un abrazo Awilda y encantado de verte por aquí.

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    1. Y cada consejo tiene su propia elaboración y su propia dificultad. Tú que me conoces sabes que soy una persona discreta. La interpretación de los silencios es algo más elaborado y complejo. Y proponer medidas conciliadoras tiene lo suyo en un mundo cada vez más enardecido y soliviantado por gilipolleces.
      Un abrazo Miguel.

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  2. Lo de saber callar es una gran virtud que no poseen muchos.Yo no lo aprendí de momento y tu texto me pincho el corazón recordandome mi último » nunca,jamas» hablar tanto. Para saber hablar es preciso saber escuchar .Lo de gota de aceite es fundamental . Muy buena entrada. Un saludo.

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    1. Saber callar o saber hablar en el momento adecuado se aprende con el tiempo. A veces hay que tener mucho temple para hacerlo. Y luego está lo de interpretar los silencios, eso es muy difícil. Claro que lo del aceite es importante, en su momento me llamó la atención este dicho pero es totalmente cierto.
      Un abrazo Laacantha y gracias por tu visita.

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    1. Por supuesto, el tiempo y nuestra propia experiencia, nos permiten entenderlos en su justa medida. A mí estos tres consejos me vinieron muy bien, no sólo en el plano profesional, sino también en lo personal.
      Un abrazo Úrsula 😉

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  3. Saber callar en algunos momentos es muy importante. Muy buen consejo el del aceite y todos los demás. Con los años esos consejos los vamos adaptando a nosotros y pueden ayudarnos bastante.
    Besetes, Carlos (hoy es tu santo así que… Felicidades!!!)

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    1. Saber callar, interpretar y apaciguar, casi nada. Con los años que nos da la experiencia y la madurez los interpretamos mejor. Y me he dado cuenta, que estos consejos fueron excelentes. Y lo siguen siendo. Gracias por tu visita María y por acordarte de mi santo.
      Un abrazo 😘

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  4. Muy bueno el tema de tu entrada, Carlos. De jóvenes somos poco dados a considerar los consejos que alguien un poco mayor, haya podido darnos. Pero es algo natural, necesitamos experimentar y cometer errores para aprender y reconsiderar lo que nos hayan dicho.
    ¡Un abrazo grande, amigo!

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    1. Es cierto que el paso de loa años nos da una perspectiva más amplia de la realidad. Son consejos profesionales pero que con el tiempo me he dado cuenta que en fondo son también consejos personales dignos de aplicar en nuestro día a día. Un abrazo Sara.

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