El camino de acceso al bosque de Oma era precioso, al ser día laborable no había mucha gente, la fina lluvia también permitió mayor sensación de soledad, pero de soledad de la buena, de la deseada. Una vez llegado a la zona del bosque pintado, disfruté con una vuelta de 360º que dí muy despacio y pausadamente.
Después busqué alguno de los puntos de visión que permiten unir los troncos de los árboles pintados dando lugar a sorprendentes formas y perspectivas. Y me senté apoyado en uno de los árboles, para sentir el inmenso abrazo del silencio.
Fue al poco rato cuando me pareció verle, asomado tras uno de los árboles. Al principio no estaba seguro, pero la segunda vez le pude ver la cara. Parecía como un hombre pequeño.
Le llamé y solo escuché el eco de mi propia voz. Me levanté y me dirigí al árbol tras el cual, debería estar el hombrecillo, pero no le encontré. Entonces, oí crujir una rama tras de mí y de nuevo le vi…
El hombrecillo vestía con ropa de colores, iguales a los del árbol junto al que estaba. De repente se movió hacía otro árbol y los colores de su ropa cambiaron mimetizándose con los del árbol ahora más cercano. Y así una y otra vez. “Es asombroso, pensé”. Quise hablar con él pero cada vez que lo intentaba, me sonreía y se escondía tras otro árbol. Intenté hacerle una foto pero era rápido y esquivo…
No fuí consciente del tiempo que estuve allí, pero de pronto me di cuenta que estaba comenzando a oscurecer, así que emprendí el camino de regreso. Cuando llegué al pueblo de Kortezubi me tomé un café en el bar. El dueño parecía amable, así que le pregunté si conocía alguna historia o leyenda sobre duendes en el bosque.
Y me respondió que sí, por supuesto, que había una leyenda según la cual los duendes solo se aparecían a aquellas personas que habían sido duendes en otras vidas y esas personas escogidas, eran muy pocas.
– Bah, ni caso, ya sabe usted…leyendas, me dijo el posadero.
– Sí…leyendas, susurré yo, mientras un escalofrío me recorría el cuerpo.
Imágenes: Montalleri
Entre duendes anda la cosa, todos se conocen, se miran, se saludan y desaparecen de los ojos curiosos.
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El duende por definición suele ser travieso y pertenece a la mitología de muchas culturas siempre rodeado de magia y misterio. Y por eso al igual que el duende del relato, solo se aparecen a unos pocos elegidos.
Un abrazo jm
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Un alma aventurera y rebelde es quien más posibilidades tiene de verlos como el prota de tu historia 🙂
Saludos
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Así es 😉
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Mira que se cosas de tí amigo Carlos, pero no me podía imaginar que también fueses un duende. Preciosa historia en un paraje inigualable. Me ha encantado.
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La verdad es que de duende tengo poco, ni siquiera el tamaño jejeje. El bosque de Oma es muy bonito y tiene su propia magia. Eso sí, es mejor visitarlo sin mucha gente. Un abrazo Miguel.
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Me ha cautivado todo … el no quedarte solo con tu eco y que la curiosidad te llevara de la mano a dar con él, y esa soledad de la buena, la que se elige.
¡Precioso!
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La soledad «de la buena» es un lujo que debemos darnos de vez en cuando. Mi curiosidad es similar a la del propio duende, en general soy curioso en todo. Me alegra mucho haberte cautivado.
Un abrazo Úrsula
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Es un lujo, sí.
A mi me encantan las historias de duendes, me he leído ni sé el número de ellas.
Otro abrazo de vuelta
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Anda, ¿son tuyas las fotos? Son muy chulas. La última vez que estuve estaba bastante dejado y muchos montajes no se veían bien.
Nunca he visto ningún duende… creo.
Muy bonita historia, me gusta más por conocer el escenario 🙂
Un abrazo
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Yo soy de los que regreso a casa con cientos de fotos. Es curioso lo que dices, a mí me pareció un lugar muy bonito, estuve allí hace cinco años y me encantó. Lo ví fuera de temporada veraniega, con menos gente. Desde luego si ahora está más dejado es una lástima. Me alegra que te haya gustado el cuento.
Un abrazo Luna.
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Pues lo han arreglado porque yo hablo de antes. Los árboles se van moviendo, sobre todo los más endebles, y se descuadran…
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Bonita y colorida historia. Yo no he visto duendes, pero escuchado ruiditos….bastantes. Un saludo.
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Duendes o ruiditos de duendes, el caso es que hay lugares con una magia especial y este bosque me lo pareció. Gracias por comentar. Bienvenido al blog. Un abrazo.
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¡Vaya, un duende! Me encanta el relato con ese aire de misterio, los bosques solitarios siempre estimulan la imaginación…
Cuando yo era niña, no eran duendes, eran más bien demonios los que pensábamos que había en el bosque, todo provocado por mi abuela para que no me adentrara en la dehesa de mi pueblo y es que había minas de carbón y había algunos pozos que eran peligrosos.
Abrazos.
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Es que el lugar lo pide, ese silencio, esa soledad y misterio. Supongo que comprendes a tu abuela por eso de los peligros del bosque aunque mejor os lo hubiera dicho directamente lo de los pozos en vez de inventarse historias de demonios que acojonan mucho jejeje
Un abrazo Estrella
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Lo de los pozos igual no hubiera hecho el mismo efecto, jeje…
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Que sitio tan chulo. Me apunto el nombre por si subo al norte porque creo que merecerá la pena la visita.
Respecto al relato tiene un punto de travesura, mira que si fuiste duende y ya no te acuerdas…jejeje.
Un abrazo compañero.
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A mi me gustó mucho y lo encontré muy cuidado. Yo creo que el propio entorno casi obliga a ver a los duendes y más cuando anochece. El caso es que mi otro yo, lo vió…
Sobre si me acuerdo o no, reconozco que a veces no encuentro ni las gafas jejeje
Otro abrazo fuerte para ti compañera.
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Oooh! Me ha encantado la historia, Carlos. Realidad y fantasía mezcladas con maestría. Las fotos del lugar son muy chulas y seguro que la visita del bosque, tiene que ser una experiencia agradable y sensorial.
Enhorabuena por la entrada. Una abraçada 🙂
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Muchas gracias Lidia, creo que es un lugar muy recomendable. Hice muchas fotos como siempre y elegí un par de ellas. Como ya he comentado hay lugares de misterio y magia que están pidiendo este tipo de historias. Sobre si vi al duende o no, permíteme que me haga el misterioso jajaja.
Un abrazo Lidia.
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Me ha encantado la entrada, Carlos. ¡Original idea la del bosque pintado, jugando con colores, formas y perspectivas! Hermoso ambiente real para la historia, a la que le has agregado un misterioso ingrediente, que además se dejó ver; como pocas veces sucede en las historias de duendes, conocidas por estos lados. ¡Me encantó el relato!
¡Un abrazo!
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Gracias Sara, celebro que te haya gustado. Este bosque es muy original, Hay un buen camino hasta alcanzar la zona pintada, pero es muy accesible. Y en cuanto a los duendes, nunca se sabe, lo que ví realmente y lo que recuerdo. Cosas de duendes supongo. Un abrazo.
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Si te han crecido los pies más de lo necesario en esta vida, es una pista bien fiable de que los necesitaste así o vas a necesitarlos.
Ahhh otra, las uñas te crecen demasiado deprisa.
Con estas dos, duende seguro 😂😂😂
Besazos 💋❤️💋❤️
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Ummmmm tomo nota Margui de las pistas para saber si uno es duende. Se me ha ocurrido otra parte que ha crecido pero en fin…ya si eso la dejo para otra ocasión… Las uñas no son como mejillones que es lo que le digo a mi hijo periódicamente jajaja
Un abrazo bien grande Margui
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Las orejas colganderas es definitivo. Ahí lo dejo…
Besos enormes 💋💋💋❤️
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😳😉
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tengo pendiente visitar este lugar. Me a gustado mucho el escrito. Gracias!!!
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Me alegro de que te haya gustado rcaulier. Bienvenido al blog.
Un abrazo
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Yo soy un duende , es como me llaman y tendré que ir a ese maravilloso lugar. Carlos es precioso lo que has escrito hoy.
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Muchas gracias Junior, me alegra que te haya gustado. ¿De verdad te llaman duende? Qué bueno…
El lugar es muy bonito y tiene ese aroma especial y enigmático.
Un abrazo amigo
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Si es verdad que me llaman duende.
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Que bueno 😉
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Por si acaso, sólo por poner algo de cuidado, antes de echarte sobre la cama, mira debajo del colchón, no sea que lleves un duende pegado. Un abrazo.
Me ha encantado ese duende.
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Gracias Carlos. Me da que yo de duende, más bien poco y creo que pegado a mí tampoco…
Ehhhhhh espera un momento…
No te lo vas a creer 😃😉 ….
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¡Ves lo que sucede en cuanto se les menciona!
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Hay momentos en que las leyendas, los duendes y la soledad resultan mucho más atractivos que la realidad.
Gracias por la inspiración Montalleri.
Pongo rumbo a Oma.
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Muy cierto Ecléctica, a veces es bueno poner un poco de magia e imaginación para salpicar lo cotidiano. Gracias a ti por aparecer como un duende, sabes que eres muy bien recibida.
Un fuerte y lindo abrazo.
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Qué buenooo!!! 😉
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Muchas gracias Piedad, celebro que te haya gustado.
Un abrazo.
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Es maravilloso disfrutar siempre de tus obras, amigo. Gracias. Besos a tu lindo corazón.
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Gracias Maria del Mar. Un lugar precioso, inspira con facilidad. Un abrazo.
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Ya decia yo que había duende por ahí encerrado. UN abrazo amigo
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Creo que de duende poco, pero de imaginación mucha.
Un abrazo.
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