Amy me llamó alborotada,
– Dylan creo que alguien nos está robando en nuestra propia casa.
Desde hacía un par de semanas, Amy descubrió que algunos alimentos habían desaparecido de la nevera y de la despensa. Lógicamente las primeras sospechas recayeron en nuestro personal, Lili nuestra ama de llaves, Edgar el chófer y James el jardinero.
Lili es un pedazo de pan, trabajadora incansable, lleva quince años con nosotros y Amy confía ciegamente en ella. Edgar es más joven y trabaja con nosotros desde hace seis años, es discreto y educado, hombre de los recados y chófer, la única persona en el mundo al que cedería el volante de mi Bentley de 1.968 una reliquia heredada de mi padre y valorada en más de 130.000 libras. Por último, James el jardinero, más de diez años aguantando a este escocés rudo y de pocas palabras, a veces insoportable y cansino, pero que tiene el jardín hecho una maravilla que causa admiración entre nuestras visitas.
Me costaba pensar que uno de ellos estuviera llevándose viandas de nuestra casa. Los tres tenían buenos sueldos acordes a sus responsabilidades. Y aunque peculiares en sus respectivas formas de ser, tenían nuestra absoluta confianza, al menos hasta ahora.
Pero lo que desató mi alarma de manera definitiva, fue cuando comprobé que había desaparecido una botella de Château Mouton Rothschild de 1981 una maravilla de vino, un caldo inigualable de una cosecha inaudita y a un precio de museo. Eso colmó mi paciencia.
Reunimos a nuestro personal y todos negaron la mayor, cada uno a su estilo. Lili rompió a llorar, Edgar se deshizo en elogios hacia nosotros y James simplemente bufó como un toro, lo que, viniendo de él, ya era bastante expresivo.
Harto del sofoco por los robos, me encerré en mi cuarto de trabajo, y me dispuse a revisar el escaso correo que me llegaba. Perdida la costumbre de escribir cartas, en estos tiempos del email, solo recibía facturas y publicidad. Por eso me sorprendió sobremanera recibir una carta con mi nombre escrito de puño y letra, sin sello, como si alguien la hubiera puesto exactamente ahí, en el montón de la correspondencia. Así que intrigado la abrí y la leí:
“Apreciado Dylan, soy Milton y tengo que contarte algo increíble. Hace unas dos semanas probé en mi laboratorio un desclonizador de particulas inversas, bueno, no voy a explicarte en que consiste. El caso es que, en medio del experimento, tuve una extraña sensación, como un hormigueo doloroso en todo el cuerpo. Y acto seguido comprobé con tanto pesar como emoción, que me he convertido en invisible. Si Dylan, te lo juro, así es. Soy invisible. Y estoy perdido. Por eso sin saber que hacer me he instalado en tu casa y he esperado el momento para decírtelo en tanto busco una solución a lo acontecido. Lamento las molestias causadas a ti y a Amy. Estoy en el cobertizo del final del jardín. Pásate y hablamos, aunque no podrás verme. Por cierto, dos detalles, dile a Lili que ponga un poco más de sal en el pastel de carne, está muy rico pero un poco soso y de paso que añada un poco más de salsa de setas al roast-beef y bueno, no podía pasar por alto el excelente Château Mouton Rothschild de 1981 de tu bodega, una maravilla. Para la cena de hoy te he cogido un caldo algo menos sofisticado, un Château Cheval Blanc de 1.990, que estoy deseando probar. Un abrazo amigo del alma. Con mis respetos Milton Campbell”
Tuve que pellizcarme para creer lo que estaba leyendo.
imagen: https://pixabay.com
Jajaja Muy bueno!
Dile a Milton que ande con cuidado con el vino que después no se recordará dónde se quedó dormido
Un abrazo
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Me alegra que te haya gustado Xabier, este Milton tiene un problema serio, y aunque invisible sigue siendo un sibarita. Hay cosas que no cambian, te vean o no te vean jajaja.
Un abrazo y gracias por pasarte
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buenísimo, te ha salido el estilo «wodehouse» muy fluido
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Wow… si por estilo Wodehouse te refieres al «maestro» Pelham G. Wodehouse, entonces me vas a sacar los colores.
Genial que te haya gustado. Un abrazo.
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¡Me encantó, Carlos! Ese aire inglés te sienta muy bien…
Un abrazo!
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Gracias Claudia, no sé si de vez en cuando me sale el aire british, ya que no obstante, viví allí un tiempo. Un abrazo amiga.
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Ya me parecía 🙂
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😉
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Me ha encantado tu relato, y me ha traído a la memoria una anécdota familiar de las navidades de hace muchos años … toda precaución es poca, me parece a mi, cuando uno se pone a sospechar de otros.
Un abrazo Carlos
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Me alegro Ursulina. Hay que tener cuidado con eso de las sospechas, aunque claro, lo del invisible no lo podía sospechar nadie. Gracias por pasarte. Un abrazo.
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😊 Es verdad, contra lo invisible poco se puede hacer!
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Casi, casi nada 😉
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Muy bueno, ja, ja. Menos mal que no llegaron a despedir a nadie… Si al final, todo tiene una explicación por increíble que sea.
Un abrazo.
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Bueno, aquí cabe decir eso de que las apariencias engañan…y de que manera. Parece que si había explicación, otra cosa es que sea muy lógica o no y aquí me da que muy lógica no era jajaja.
Un abrazo Luna
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A mi me parece que ese Milton tiene un morro que se lo pisa, y no por ser invisible sino por sus exigencias de sibarita jajaja, así que más sal en el pastel de carne jajaja que crack.
Me ha gustado mucho Carlos. Un abrazo
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Ya te digo, encima con exigencias, pero también hay que intentar entenderle al pobre. Tal vez eso de convertirse en invisible, se lleve mejor con una buen vino francés. Si algún día nos pasa, ya sabemos.
Un abrazo Miguel
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Como siempre chapeau !!! 🙂 feliz noche Carlos 🙂
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Muchas gracias Silvia y tú como siempre tan encantadora. Celebro que te haya gustado.
Un abrazo.
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Achuchón !!! 🙂
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Eso me gusta😊😉
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Jajaja es que es de los buenos 😉
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¡Ja,ja,ja! ¡Qué ideaza que se te ha ocurrido, Carlos! ¡Muy, muy buen relato! Y, claro; al no ser un alma en pena, este invisible Milton requiere continuar alimentándose…¡y más encima de paladar exigente…! ¡Felicitaciones, Carlos!
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Gracias Sara, me encantan tus palabras. Está claro que la invisibilidad no quita el hambre, eso que hemos aprendido hoy 😉 de este sibarita invisible y entrañable. Un abrazo amiga.
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Woww!!! Estoy de acuerdo con los comentarios anteriores: el estilo Bretón te sienta de maravilla. Me ha encantado.
Kissacos!!!
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Gracias Sadire, y eso que no me has visto con el bombín. Me alegra que te haya gustado.
Caramba Kissacos eso si que es un detalle acorde con el texto. Estás en todo 😊
Sea así…kissacos para tí también.
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😊😊😊😊
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Me has liado hahaha
Me esperaba un final al estilo de un familiar, o hasta él mismo cogiendo las cosas sonámbulo…pero invisible?!😂
¡Muy buen relato Carlos!
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Pues en este caso SrShan me alegra haberte liado con esa «sorpresa» del amigo invisible.
Invisible pero también sibarita, lo uno no quita lo otro. Celebro que te haya gustado.
Un abrazo
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Qué relato tan original y divertido, Carlos!! El tipo eligió bien donde irse a vivir, a casa de los amigos ricos a beber buen vino. Un abrazo
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Gracias por tus palabras Mayte. Si algo hemos podido aprender hoy es, como he citado en otro comentario, que la invisibilidad al parecer no quita ni el hambre ni las buenas costumbres.
Un abrazo.
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No sé, todavía no lo he probado, jeje.. De pequeña fantaseaba mucho con tener ese superpoder. Por suerte no es posible hacerse invisible. Lo que cuentas en tu relato es muy poca cosa comparado con la que podría liarse… Buenas noches!!
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Creo que de peques todos hemos querido ser invisibles y de mayores ummmm, un ratito no estaría del todo mal 😂😉
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La carta del final de tu relato ha roto todas mis ilusiones, Es que esperaba un texto » al Agatha Christie» . No , no me convenció el final ,quiero más….investigación, intriga, muerte y mucha sangre. Eres un maestro de tomarnos el pelo, jajajajaj Besos
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Siento haber roto tus ilusiones pero creo que una sorpresa nunca viene mal😉 Lo cierto es que el relato ha quedado un tanto abierto, quién sabe si pudiera haber una segunda parte …
Me alegra verte por aquí. Un abrazo.
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¡Un sibarita que ocupa la casa sin permiso! Que grande eres Carlos. Un abrazo.
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Gracias Carlos. Digamos que un okupa un tanto especial 😉 El buen gusto no está reñido con ser invisible. Un abrazo.
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Menudo morro se gasta el translucido, ¡Un cepo para ratas le ponía en la despensa!
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Así es, un enorme morrazo. Como siempre, la paciencia tiene un limite y sospecho que lo del cepo aunque contundente también podía ser efectivo 😳
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No metimos en el «quién es quién» cuando era todo mucho más sencillo. Un colega invisible desparticularizado… cojonudo. A ver quién mete mano a su mujer libremente o va al baño sin reparos sin saber si anda rondando.
Besos Carlos ❤️💋
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La verdad es que aparte de que mangue comida y se cepille una de esas botellas tan exclusivas, si que genera cierta incertidumbre anti-intimidad. Habría que analizar si Milton deja algún tipo de huellas, porque de lo contrario, lo de la botella de vino no va a ser nada en comparación con la que puede liar el amigo. Aunque si la relación Amy-Dylan no funciona del todo bien, podrían probar un trio, tal vez fuera una opción. Un abrazote Margui.
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Que sensualidad, así, sin verlo.
Es como estar solos pero triplicando sensaciones…
Ya se me ha ido la pinza 😎😎😎
Besazos
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Ya te digo… por cierto, me gusta que se te vaya la pinza
++ Abrazos
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Me encanta!! Qué buen relato, al más puro estilo del cluedo (aunque sin asesinato, sino robos, en este caso). Me gusta mucho cómo los has contextualizado, dotando a cada personaje de su propia voz, todos muy acordes a su papel. Muy bueno, Carlos. Una abraçada 🙂
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Gracias Lidia, me alegran tus palabras. Hoy no tocaba sangre jajaja. Los personajes son muy británicos sin duda y la historia pues… podría ser un problemón caso de no solucionarse. De momento a Dylan, la comida no le importa pero que le toquen sus vinos, ahí le duele.
Una abracada fuerte
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Sí, ya he visto que toda la indignación venía por el vino y no por la comida (muy british, por cierto). jeje
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Ahora me refería a las recetas que nombras, jajaja que son muy inglesas
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Por supuesto, claro, hay que cuidar la caracterización jajaja, en este caso mejor un pastel de carne o un roast-beef que por ejemplo una paella…
pd: yo soy más de paella ¡¡
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¡¡Y yo!! jajajajaja
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Leyendo tu divertido relato, he recordado la famosa novela de H.G. Wells titulada «El hombre invisible», también «desclonizado» a causa de unas pruebas nucleares. Y si los hechos se suceden de la misma forma, el pobre Dylan puede encontrarse en una situación más espinosa que la pérdida de sus excelentes caldos: que Milton ocupe su lugar con nocturnidad y alevosía y que Amy prefiera los arrumacos del fantasma… Un abrazo.
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Ciertamente, de hecho acabo de comentárselo a Margui, digamos el lado más carnal del asunto jajaja aunque no sé cómo serían los arrumacos de un hombre invisible, igual hasta más apasionados aprovechando la situación. Tomo nota de la novela que mencionas. Y como siempre, gracias por acompañarme.
Un abrazo
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He aquí la explicación para algunos eventos paranormales! Lo has resuelto! Ya puedo dormir tranquila.
Te quedó fenomenal.
Abrazo.
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Paula, yo no estaría tan seguro. ¿Está resuelto? Los fenómenos puede que sí, pero ¿te imaginas detectar esa presencia en casa?. Puede ser hasta divertido e incluso (por qué no) hasta excitante. Me alegra que te haya gustado. Un abrazo
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Le encontré la vuelta para darle una explicación racional al hecho! No me hagas dudar 😱
Besote
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😈😈😈
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Jajajajaja, me ha encantado el relato, Carlos. Es super divertido, ambientado,… y te iba escribir algo, pero veo que Margui pensó lo mismo que yo…que el vino podía ser nada en comparación con otras cosillas, ejem…
Ya nos gustaría en algún que otro momento tener este super poder.
Un abrazo.
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Me alegro Mukali que te haya gustado. Ya sabes que Margui está en todo jajaja y ya pensó en otras «utilidades» de ser invisible. Y que carajo… tiene mucha razón. No estaría mal este super poder, pero mejor solo de vez en cuando. Un abrazo.
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Pues sí, sería incomodísimo además saldrían ladrones y maleantes por todas partes. ¡Como para vivir tranquilos!…es con esto de internet y la invisivilidad y algunos se aprovechan, imagínate…
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Entonces mejor nos quedamos solo con la ficción que ahí cabe de todo. Buenas noches.
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Genial como siempre. Un abrazo amigo
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Pues me alegro. Un poco de humor siempre viene bien. Un abrazo.
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Jajaja genial! Igual podríamos decir que Milton no es para nada tonto..
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Invisible si pero de tonto ni un pelo …😉😄
Abrazos
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Exacto! jajaja
Un beso Carlos 🙂
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Más allá del tremendo golpe final, me ha encantado como has creado toda una ambientación con cuatro pinceladas perfectamente dispuestas.
Un abrazo, Carlos
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Gracias amigo, en verdad me ha gustado recrear ese ambiente, en este caso británico, donde un hombre invisible puede alterar el equilibrio de fuerzas. Un abrazo Xibeliuss
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