Mi abuela Encarna decía que su casa en verano era como “la casa de tócame Roque” curiosa expresión popular cuyo significado comento al final del texto.
Allí nos juntábamos los primos de todas las ramas, más amigos y amigos de los amigos en un batiburrillo de personas y personajes que daba vida a la enorme casona de la abuela en los deliciosos días del agosto asturiano.
Allí dormíamos los chicos por un lado y las chicas por otro y por otra parte estaban los mayores, mis padres, mis tíos y los amigos de “noséquién” y la abuela Encarna que tenía un cuarto precioso con balconcito y todo.
Yo dormía muy bien pero algunas noches solía escuchar unos extraños sonidos que provenían de la cama de mi primo Javi, y que parecían como extraños jadeos. Recuerdo que una noche entraron en el cuarto de repente, mi madre, mi tía, y mi tío Angel recién llegado de París donde vivía. La llegada de mi tío era siempre bienvenida porque nos traía regalos muy chulos a todos y porque siempre tenía unas historias fantásticas que nos contaba en el jardín en esas noches frescas en las que la chaqueta o la rebeca no sobraban.
Pues bien, todos los chicos nos levantamos a saludarle y abrazarle, excepto mi primo Javier que se quedó como colapsado bajo la colcha.
–Javi cariño, saluda al tío Angel insinuó mi madre, pero Javi rojo como un tomate dijo con la cabeza que no, que se encontraba regular. Ante la insistencia de tía Gertrudis, Javi le pegó un alarido con un no rotundo y ansioso. Tío Angel le quitó hierro,
–Venga mañana hablamos. Buenas noches a todos.
Me quedé preocupado pero me dormí en seguida. A la mañana siguiente le pregunté a Javi por su reacción y este me dijo que le habían pillado en plena paja.
-¿Qué es una paja? Pregunté. Javier era tres años mayor que yo y su opinión siempre era muy respetada por mí.
– A ver enano, tu tienes 11 años, aún eres pequeño, así que de momento no te interesa el tema.
En realidad a mi cualquier cosa que motivara semejante grito a la tonta de la tía Gertrudis me interesaba sí o sí. Así que insistí en mi pregunta y mi primo me contestó aturullado tan solo un inicio de respuesta…
– Pues es cuando…cuando…te das …pues eso…
Pero yo no entendía nada y Javi dijo que era aún muy pequeño para entenderlo por lo que le dije que se lo preguntaría a mi madre. Javier muy alterado me dijo que ni se me ocurriera hacer eso.
Así que se lo tuve que preguntar a mi hermano Fernando de 16 años que comenzó a reírse y a mi prima Sarita que salió corriendo llamándome cerdo o algo así. Al final fue mi amigo Juanito el que me puso sobre aviso de algunos cambios en mi cuerpo. Pero yo no iba a quedarme sin respuesta más concreta porque el tema me interesaba.
El día 15 de agosto festividad de la virgen, nos reuníamos todos a comer y a los postres, me puse de pie y muy serio y muy digno dije a todos los comensales
– alguien me puede explicar que es eso de hacerse una paja.
Mi madre se llevó las manos a la cabeza, mi padre se atragantó, mis primos y tíos me miraron con una mezcla de sorpresa y sonrisa, mi primo Javier y mi hermano soltaron una carcajada, tía Gertrudis invocó a no se cuantas virgenes y dijo algo de limpiarme la boca con lejía, mi prima Sara se escondió tras la servilleta. Y el resto se mantuvo en silencio.
Un silencio tenso y cortante hasta que el tío Angel soltó una carcajada inmensa y larga que siguieron casi todos los comensales entre toses y lagrimas de risa mientras la abuela Encarna, me daba un cariñoso tirón de orejas y unos sonoros besos de abuela.
Digo que no todos los comensales rieron, porque tía Gertrudis se levantó de la mesa vociferando e inquirió a su hija Sarita que hiciera lo mismo, pero mi prima ya había comenzado a reírse también, mientras le guiñaba un ojo a mi primo Javier…
caíste por inocente!!
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Bendita inocencia😉
Un abrazo y bienvenida a este blog
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Pero el caso es que no se lo explicaron, ja, ja. ¡Muy bueno!
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Desde luego los mayores no lo hicieron, pero fue divertido para casi todos
Un abrazo Luna
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Vaya tela y luego decían, si no sabes algo pregunta a tus mayores. Tan difícil era? 😉
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Antonio, me imagino que hace unos «cuantos» años, era algo tabú para explicar 😳
De ahí la anécdota. Por fortuna las cosas han cambiado mucho y aún más deberían cambiar
Un abrazo
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Si lo se, cualquiera iba al padre o a la madre y le decía. Qué es una paja? Que te decían el troncho seco del trigo o cualquier otro cereal después de segado. Si no te llevabas un bofetón entre otras cosas menos sutiles Jajaja.
Pero hay que reconocer que en aquella época estábamos muy avispados, y aprendíamos muy rápido . 😉
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Claro, siempre la curiosidad triunfa y si la mezclas con hormonas en ebullición, ni te cuento😜 Eran otros tiempos y aunque ahora todo vaya más rápido, a veces dudo si es a mejor, buen finde.
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Yo también lo dudo. Igualmente. 😀
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Jajajajaj, muy bueno!
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Gracias, me alegro de tu sonrisa
Un abrazo ¡¡
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Qué buena historia y qué bien la cuentas, Carlos!
Un abrazo!
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Han pasado muchos años, pero hay situaciones que quedan marcadas y recordadas con sonrisas
Un abrazo Claudia
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Inocencia…
Cómo para hacer una pregunta de esas hoy??
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Yo creo que igual que hace años, con absoluta sinceridad e ignorancia, aunque ahora con las redes sociales e internet todo se aprende a distinta velocidad.
Gracias por tu visita y un abrazo
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De vuelta
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Qué risas!!! En las casa de tócame Roque la intimidad es un trofeo inalcanzable, jejeje. Luego pasa lo que pasa.
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Por eso el primo buscaba sus «momentitos» de intimidad, las hormonas tiran 😜
Gracias Rubia y un abrazo
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Jaaajjjj me ha encantado! La expresión de «tócame Roque» es la que aquí gastamos como «esto es casa Pepe»…curioso.
Ayyyy qué inocencia la del pobre chico😊😊
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Gracias Sadire, me alegran esas risas. Al final del post hay un enlace que explica esa curiosa expresión que para mi ha sido muy familiar siempre.
Siiiii, bendita inocencia 😜😉
Un abrazo y claro…besacos
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Jajajaj que bueno!!! Así era la vida de antes, llena de secretísimos tontos y tabúes que generaban historias tan buenas como está…no como ahora que internet lo resuelve todo en un pispás. Jjjjj
Abrazo 🤗
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Cierto eran tiempos diferentes, pero también esa inocencia y esos tabúes tenían su encanto 😉
Ahora con internet se ve más pero eso no garantiza que se aprenda más.
Gracias por tu visita y un abrazote ¡¡
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Totalmente de acuerdo. Antes había otros aprendizajes experienciales q ahora ni se ven.
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Jajajajaja, al final risas y risas, pero nada de respuestas. Me ha hecho mucha gracia tu relato, tan natural como la vida misma. Besos a tu alma.
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Desde luego María del Mar, que la naturalidad y la inocencia de la historia es total.
Me alegra que te haya hecho sonreir. Abrazos a tu alma ¡¡
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Eligió el mejor momento para preguntar, jajaja… Me lo he pasado genial leyendo este relato tan representativo de la pubertad en aquellos tiempos. Un beso
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Hola Mayte, me encanta lo que dices, que te lo has pasado genial. Gracias 😉 Claro, si no le daban respuestas, había que preguntar a quién fuera preciso, ya sabes mezcla de curiosidad y las hormonas.
Un abrazo ¡¡
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Adolescencia en estado puro. Excelente, amigo
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Gracias Antonio, ese excelente me pone los colores 😉
Así es adolescencia auténtica y revolución de hormonas por toda la casona.
Un abrazo fuerte
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Hay mucha ternura en la forma en la que lo cuentas, Carlos. Sí, hace unos años debía ser un trago para los adultos contarle a los niños según qué cosas… La verguenza no venía sólo de un lado, claro. Hoy afortunadamente las cosas cambian: no hace mucho que yo pasé por el trance – esta vez ejerciendo de adulto! 😀
Abrazos, Carlos
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La curiosidad, la adolescencia, todo se junta en un cocktail peculiar. Hace años era un trago como bien apuntas porque había demasiados tabúes. Ahora pese a ser un trago parecido, creo que una conversación es lo mejor y antes que internet donde puede que todo se vea pero no todo se comprenda.
Gracias Xibeliuss por tus palabras, buen finde y un abrazo.
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Muy bueno, pura inocencia! Me hizo acordar a una anécdota propia 😛 Creo que a nuestra manera todos tuvimos alguna así jajaja
Un beso Carlos 🙂
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Seguro que todos tenemos alguna anécdota similar, en esas edades tan convulsas con las hormonas a flor de piel.
Me alegra que te haya gustado y como siempre gracias por tus visitas Ani 😉
Un abrazo y feliz domingo
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Sabés que siempre es un placer 😄
Gracias Carlos, igualmente!
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El despertar de la curiosidad hace la lengua atrevida. Al menos en esta ocasión el gato salió indemne, Es un relato muy bien hilado. Un abrazo.
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La curiosidad mató al gato como dice el refrán. Y en efecto, salió indemne. Se junta todo, la edad, la curiosidad y hormonas flotantes por todas partes. Y que mejor que la familia para este tipo de preguntas.
Me alegra que te haya gustado. Un abrazo amigo.
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¡Ja,ja,ja! ¡Ya la he leído dos veces y me vuelvo a reír! ¡Qué buena historia, Carlos!
Es un tema natural; sin embargo, abordarlo de la misma forma resultaba embarazoso. Creo que todo lo concerniente a la sexualidad continúa complicando a muchos padres, a pesar de lo mucho que ha cambiado la sociedad.
¡Un gran abrazo!
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Si he conseguido hacerte reír, me alegro muchísimo, ese era parte del objetivo aunque te advierto que la anécdota tiene mucho de real. Siempre es un tema complejo aunque los tiempos cambien. Yo lo he tratado con naturalidad con mis hijos y creo que lo he hecho bien. Pero reconozco unos pocos de nervios en ese momento de las explicaciones 😉
Un abrazo Sara
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Sí, que bueno. Bendita inocencias. Gran relato. Me encanta. Un abrazo
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Situaciones y anécdotas que han sido siempre un problema y me temo que lo siguen siendo aunque por suerte en menor medida. Yo ya pasé por explicar y creo que me salió bien. Me alegra que te haya gustado.
Un abrazo
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Muy buen relato. Me sorprendí con el significado de «la casa del Tócame Roque», una historia real o imaginada que se convierte en refranero, y que era completamente desconocida para mí.
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Gracias Lucia. En efecto, añadí el enlace para que se conociera esta expresión fruto de leyenda seguramente y que mi abuela decía mucho, por eso yo la he escuchado desde niño.
Un abrazo
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La tía Gertrudis no se reiría pero a mi me has hecho reír bien!
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Pues en ese caso, me alegro mucho de haberte sacado una sonrisa.
La historia lo merecía. Un abrazo.
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