25 de mayo de 2.016, cuatro años en el paro habían sumido a Pablo en un estado de angustiosa preocupación por el futuro de sus hijos. Terminada la prestación por desempleo, solo cobraba el subsidio que el estado le proporcionaba.
Inés, su mujer trabajaba por horas en una cadena de supermercados enlazando un contrato tras otro.
Sus tres hijos de 12, 14 y 17 años cada vez reclamaban más atenciones y generaban más gastos, pese a la vida extremadamente austera que llevaban.
Pero Pablo no paraba de dar vueltas a su situación y siempre se había considerado a si mismo, un hombre de recursos.
Así que planeó una estrategia concisa y exacta que tardaría un tiempo en hacerse realidad, pero que daría sus frutos, ideando un plan peculiar y no exento de complejidad. Para ello, consultó muy discretamente a su amigo Ramón que trabajaba en una correduría de seguros y a su prima Raquel que a su vez lo hacía en un bufete de abogados, siempre con discreción para que ellos no pudieran sospechar lo que estaba tramando.
12 de junio de 2017, era la fecha marcada en la cabeza y en el corazón de Pablo. Estaba sereno. Sabía que era lo mejor. De esa manera resolvería los problemas económicos durante un largo tiempo. Con calma, dejó por escrito detalle de todo lo que había planeado, y lo introdujo en un sobre dirigido a Inés, junto con una carta manuscrita de tres folios llena de explicaciones y de amor para ella y para sus tres hijos, pidiéndole que jamás divulgara el contenido de la carta y sugiriéndole que contratara al bufete de Raquel cuando fuera necesario.
La brisa del mar Mediterráneo le daba en la cara. Entonces Pablo inspiró profundamente, sonrió y se lanzó al vacío.
16 de septiembre de 2.018, fué la fecha en la que Inés cobró, como beneficiaria, el capital asegurado por Pablo en el seguro de vida que contrató hacía más de un año. Necesitó la ayuda del bufete en el que trabajaba Raquel, incluso del equipo de socios más cualificados, porque la compañía de seguros intentó demostrar mala voluntad y premeditación en las acciones llevadas a cabo por Pablo, pero la investigación no dio fruto alguno, nunca pudo demostrarse esa intencionalidad, además la ley es concluyente en esos casos, el suicidio no impide el cobro del capital asegurado por parte de los herederos siempre y cuando haya transcurrido al menos un año y un día desde la firma del contrato y no se recoja expresamente una cláusula de mayor duración, cuestión de la que se encargó expresamente Pablo.
La gran decisión de Pablo se llevó a cabo puntualmente y salió tal y como fue planeada. Aunque Inés nunca llegó a entenderla. Pero guardó el secreto tal y como Pablo le pidió.
Imagen: https://pixabay.com/es/
Dar la vida por quienes amamos. Excelente relato.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Está claro que hay formas diferentes de hacerlo. Y esta es una de ellas. Gracias por tu comentario. Un abrazo.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Muy bien narrado. Imagino la desesperación de ese hombre y su sangre fría…o tan caliente como para ser capaz de dar su vida por su familia.
Besacos!😘
Me gustaLe gusta a 1 persona
Muy desesperado ha de estar. Hay un punto en el que la desesperación, despeja las dudas. Como le paso a Pablo.
Besacos😉
Me gustaLe gusta a 1 persona
No sé Carlos… creo que si se ama….se está a todas. Seguro que Ines estaba dispuesta, Seguro que hay amores que deben sobrevivir al dolor y a la miseria. Yo tampoco habría entendido a Pablo, pero lamentablemente estoy segura que las vidas muchas veces empujan a que existan los Pablos y las INES callan y aceptan
Un abrazo
Me gustaLe gusta a 1 persona
Es cierto lo que dices, con amor se pueden superar muchos problemas. Pero no conocemos el entorno emocional por el que pasaban. Pablo pensó, decidió y ejecutó. Un abrazo.
Me gustaMe gusta
Me ha resultado asfixiante y lleno de desesperación. Me ha gustado mucho.
Abrazos.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Comparto tu opinión, es que puede ser asfixiante para ti como lectora y para el protagonista por su angustia que le lleva a decidir en calma. Un abrazo.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Un relato muy duro y muy bien contado!
Me gustaLe gusta a 1 persona
Me temo que la fuerza la da la vida misma. Lo negativo se puede convertir en un estímulo. Gracias y un abrazo Claudia.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Vaya relato, que mezcla de amor y a la vez desesperación y frialdad para llevar a cabo el plan. No seré yo quién juzgue a Pablo desde luego. El texto te ha quedado niquelado y el desenlace final está sopesado al milímetro. Muy bueno Carlos. Enhorabuena amigo.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Gracias Sabius. Yo tampoco juzgaría a Pablo. Hizo lo que le pareció adecuado, pero quitarse la vida es el último recurso. Tal vez no encontró otra solución más terrenal. Un abrazo.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Dicen que un hombre no puede estar completo si no provee a los suyos.
Excelente, Carlos.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Aunque hay formas y formas de proveer a sus seres queridos. Eligió una muy dura y planeada al detalle. Premeditación emocional. Gracias Paula. Un abrazo.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Cada loco con su locura…
Otro para ti.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Entiendo la desesperación de Pablo, pero si yo fuera su mujer preferiría tenerle a mi lado fuera como fuese, aunque viviéramos debajo de un puente. De todas formas, lo que cuentas no es tan descabellado y quizás haya sucedido alguna vez. Muy bueno, como todos tus relatos. Un abrazo, Carlos
Me gustaLe gusta a 1 persona
Supongo que la desesperación nubla las ideas y da la razón a soluciones tan drásticas. Te confieso que este relato tiene una parte ficticia y otra real. Ambas son probablemente difíciles de entender.
Gracias Mayte. Un abrazo.
Me gustaMe gusta
Relato duro de leer. No puedo negar que esperaba un final idílico, un plan brillante de enriquecimiento…
Hasta el último párrafo en el que se me ha caído el mundo encima pensando «No…así no…»
¡Brillante Carlos, muy buen relato y excelente redactado!
Me gustaLe gusta a 1 persona
Pues ya ves que el plan era brillante aunque con el matiz de entregar su propia vida. Como he dicho en otro comentario, es probable que no encontrara ninguna solución terrenal. O que ya no la quisiera encontrar. No siempre se tienen ganas de luchar. Gracias SrShan. Un abrazo.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Nunca me han gustado los mártires
Sacrificarse por amor? Autoinmolarse? Qué amor es el que escapa? Qué confianza demuestra en la capacidad de los que le aman?
Pobre Pablo, que puso precio a su vida y se limitó a considerarse proveedor de bienes
Pobre Pablo que condenó a su familia a vivir con su sacrificio
Pobre Pablo
Me gustaLe gusta a 1 persona
Es complejo intentar entrar en la mente de Pablo, en su angustia, en la causa real de que decida dejar de luchar. El eterno dilema de lo suicidas, ¿son valientes o cobardes? Como dije anteriormente, yo no le juzgo, tampoco le comprendo, la empatía tiene un límite. Pero si que le muestro un enorme respeto. Y como tú pienso especialmente en su familia. Quizás sus tres hijos algún día se pregunten que llevo a su padre a llevar a cabo ese acto y privarles de su cotidianidad y su presencia tan necesaria por unos miles de euros.
Un abrazo Ecléctica.
Me gustaMe gusta
Leyendo tu relato puedo entender la desesperación de Pablo. Está claro que pensaba en su familia, pero tal vez no de la manera adecuada. Porque creo que no tuvo en cuenta lo que ellos querían, que quizás preferían un padre pobre a uno ausente. Muy buen relato, transmite a la perfección. Un abrazo.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Yo creo Luna que pensaba en su familia de la única manera que pudo hacerlo una vez cerradas las puertas de su futuro y en parte del futuro de sus hijos. Yo creo que sentía amor hacia ellos y ponderó lo mejor pero olvidó que sus hijos necesitarían siempre un padre en esas edades tan complicadas. Me alegra que te haya transmitido, porque siempre es esa la intención, que llegue al lector, que le haga reflexionar. Un abrazo.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Un sorprendente retrato de la desesperación, tengo firmes sospechas de que tras muchos accidentes de circulación se encuentran decisiones parecidas. Un abrazo.
Me gustaLe gusta a 1 persona
La desesperación tiene soluciones indeseadas pero tal vez razonables para el propio desesperado. En un comentario anterior, he señalado que este texto tiene una parte ficticia pero otra completamente real. No estamos tan lejos de historias tan dramáticas como esta.
Un abrazo Carlos.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Muy bueno hasta el final.
Has creado controversia.
Entrar a juzgar sin estar en la piel… Yo no voy a hacerlo. Hay que ponerse en su pellejo.
Un beso.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Hola Margui, es un tema delicado. Yo tampoco juzgo a Pablo, en general no me gusta juzgar a la gente. Como bien apuntas, hay que estar en su pellejo para intentar comprender. Además de que, ante el mismo hecho distintas personas reaccionan de manera igualmente distinta. Cabe pensar, eso sí, el grado de angustia del protagonista para decidir llevar a cabo semejante acto.
Un abrazo
Me gustaLe gusta a 1 persona
Besos 💋💋💋💋💋
Me gustaLe gusta a 1 persona
Gran relato amigo, me ha emocionado. Un abrazo
Me gustaLe gusta a 1 persona
No es para menos José Carlos
Difíciles decisiones, difíciles de comprender.
Un abrazo
Me gustaLe gusta a 1 persona
Madre mía! Qué angustiosa decisión! 😓
Muy bueno, Carlos! Una abraçada
Me gustaLe gusta a 1 persona
Gracias Lidia, dificilísima decisión y tremendas las consecuencias.
Un abrazote
Me gustaLe gusta a 1 persona
Esa no es una solución, es una cobardía, pero en fin, un relato que podría ser real. Te felicito. Besos a tu alma.
Me gustaLe gusta a 1 persona
A mi me cuesta entender la decisión del suicidio, pero tampoco tengo tan claro que sea un acto de cobardía, quizás lo sea más de desesperación. Es tan difícil saberlo ¡¡
Un abrazo y buen fin de semana.
Me gustaLe gusta a 1 persona
El relato está tan bien contado que ha desatado una muy buena polémica 😊
Me gustaLe gusta a 1 persona
Gracias, es un tema delicado en su contenido y curioso por su propuesta. En efecto, excelentes comentarios. Un abrazo..
Me gustaMe gusta