Clepsidra

Se encontraba ensimismado contemplando el funcionamiento de una clepsidra, en la que el agua marcaba los tiempos gota a gota.

Corría el año 1.200 a.C. y en realidad Naeem ignoraba que estaba midiendo el concepto tiempo, porque no existía como tal.

Su padre Anum, contemplaba a Naeem y no entendía la fijación de su hijo con ese extraño invento traído desde lejanas tierras.

Padre” dijo Naeem “los días del calor son más largos que los del frío, pero no sabemos qué significado tiene».

Es sencillo hijo, el clima seco y caluroso es un don de los Dioses que nos permite trabajar más y mejor y poder recogernos para el descanso cuando hemos avanzado mucho en nuestros quehaceres”.

Pero padre, yo estoy cansado y tengo hambre y como el día es largo, me canso más” señaló Naeem.

Y el padre le respondió con cariño, “hemos de trabajar cuando las lluvias lo permitan y comer cuando sintamos hambre y descansar cuando el cuerpo nos avise y amar cuando sintamos el deseo” “Disponemos del don de los Dioses de acuerdo a nuestras necesidades”. 

Mientras se acercaban a su aldea, Anum pensaba que midiera lo que midiera ese extraño aparato que tanto atraía a su hijo, nada podía ser mejor que aprovechar el día de acuerdo a nuestras necesidades vitales, sin extrañas mediciones de las partes del día que seguramente no servirían para nada.

Malditos inventos…


 

Imagen: https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=2458290

Autor: Montalleri

Ahorremos explicaciones, nunca emociones

37 opiniones en “Clepsidra”

  1. No tenia ni idea de que era una clepsidra así que lo he buscado en la red y es muy interesante y curioso. Yo creo que ahora también tenemos ese «don de los dioses», lo que pasa es que no sabemos aprovecharlo y ya hace mucho que somos esclavos del tiempo y de los horarios.
    Gracias por compartir este tema. Un abrazo.

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    1. Después de leer tu comentario, he añadido un vínculo en la palabra clepsidra para que se pueda entender su significado. Desde luego que somos esclavos del tiempo, pero lo somos, porque en el fondo queremos serlo. Ya se que no es fácil evitarlo, pero siempre tenemos la posibilidad de hacerlo. Aunque vivamos inmersos en un mundo tan veloz y alocado. Un abrazo.

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    1. Hace siglos, la vida respetaba los ritmos de la naturaleza. Ahora hemos logrado todo lo contrario y ahí si que hemos perdido mucho. Con la vida que llevamos solo podemos hacerlo en épocas vacaciones, de asueto y de relax. Yo lo intento y a veces hasta lo consigo
      Un abrazo Luna😉

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      1. Yo también me he preguntado muchas veces cómo verían algunos inventos en sus inicios, las personas de a pié! Tú lo has narrado dando voz a estos egipcios de forma magistral 😉

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    1. Gracias Mayte. Cuando el ser humano y la naturaleza vivían en armonía, los ciclos naturales se aceptaban con absoluta naturalidad. Ahora todo es diferente, vivimos a una velocidad que nos impide apreciar nuestro propio entorno. Siempre hemos querido medir y controlar el tiempo y con frecuencia es el propio tiempo el que nos ha ganado la partida, de ahí que a veces nos agobie, su falta o su exceso. Un abrazo y gracias por tus comentarios.

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  2. Jolines, pues es cierto, a veces el cuerpo no resiste tanta presión y no podemos descansar, la mente se colapsa y no podemos dormir para no pensar, todo sería más fácil si los relojes y el tiempo se fueran a freir espárragos, pero en esta sociedad, en esta planificación de vida que nos han marcado o nos marcamos me temo que es una utopía y así es como nos sentimos esclavos del tiempo. Besos a tu alma. Me encantó leerte.

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    1. Claro, se trataría de volver a una armonía entre naturaleza y ser humano lo que me temo que a día de hoy es imposible, salvo tal vez en algún momento vacacional. Lo planificamos todo y no nos damos cuenta que la naturaleza va por libre siguiendo su propio modelo. Y nuestra esencia como seres humanos está acotada por nosotros mismos.
      Un abrazo a tu alma, encantado siempre de recibirte.

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  3. Hola Carlos,

    Qué interesante el significado de «Clepsidra», y de agradecer el enlace para saber su significado!. Qué maravilloso sería poder vivir sin prestar atención al tiempo! 🙂 (trampa en la que nos hemos metido nosotros mismos); en vacaciones me permito no tener en cuenta los minutos, horas, días …¡y qué gozada!.

    Un Abrazo!

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    1. Hola Natalia, me alegra que te haya gustado conocer lo que es una clepsidra, te confieso que yo no lo sabía hasta que lo leí en un libro sobre la antigua Grecia. Y me pareció oportuno escribir un micro con la clepsidra como protagonista.
      Tienes razón, en que hemos caído en la tiranía del tiempo. En el día a día es imposible huir pero en vacaciones yo también intento desconectar de todo y suelo conseguirlo.
      Un abrazo !!!

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    1. Ya sabes que me gusta mucho la historia y en este caso la excusa de la Clepsidra fue perfecta, porque era un aparato increíble para esos tiempos. Seguiré escribiendo de vez en cuando relatos sobre la base de la historia, me siento cómodo con ello.
      Un abrazo y como siempre gracias por tus visitas.

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  4. Magnífico relato con un trasfondo reflexivo a tener en cuenta. Deberíamos hacer más caso al mejor de los medidores de tiempo que existirá jamás: nuestro cuerpo y sus ritmos. Seríamos más felices sin esa dependencia.

    Un abrazo fuerte.

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    1. Totalmente de acuerdo, así lo explica el padre de Naeem en el relato, «nada podía ser mejor que aprovechar el día de acuerdo a nuestras necesidades vitales». Y algo tan aparentemente sencillo se ha convertido hoy en día en una utopía sometidos como estamos a las prisas tan ajenas a nuestros ritmos. Me alegra que te haya gustado, es un relato especial para mí.
      Un abrazo.

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  5. El reloj biológico puede no ser tan preciso como el astronómico pero nuestro organismo se rige por él y sus adelantos o atrasos justificados por nuestras necesidades.
    Saludos Carlos

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