Primavera de 1.960 dos buenos amigos Manuel y Tasio discuten acaloradamente por el amor de una mujer, ambos se acusan mutuamente. Manuel habla de traición de Tasio por no decirle que se veía con Marisa aún sabiendo el amor que Manuel sentía por ella. Y Tasio le llama ingenuo recordándole a Manuel que ese amor jamás fue correspondido. Y que en definitiva Marisa le eligió a él. La discusión terminó con un puñetazo de Manuel.
Al poco tiempo, Manuel decidió irse a Argentina donde su tío del mismo nombre tenía un negocio. Tasio siempre se quedó en el pueblo donde heredó el negocio de su padre, un pequeño taller de reparaciones que con los años, convirtió en el más importante de la comarca.
Primavera de 2.017 dos personas extrañas coinciden en el mejor restaurante del pueblo. Se cumplen los cincuenta años del Ateneo y hay celebración por todo lo alto. En la mesa presidencial Tasio ocupa un puesto destacado como miembro de más edad. En una de las muchas mesas del salón, Manuel resopla de cansancio, su corazón le ha dado muchos problemas en estos años. Regresó al pueblo hace unas semanas. No se habían visto.
Al término de la comida, Manuel se acercó a Tasio para saludarle. Éste apenas le reconoció. Y cuando lo hizo, le miró con sorpresa y desdén.
Después de los saludos de rigor, Manuel se acerco a oído de Tasio y le susurró: «Tasio, tengo algo que decirte, quiero que sepas que me equivoqué totalmente con mi comportamiento hace muchos años, cuando te pegué».
Tasio sorprendido le contestó «pero Manuel, de eso han pasado casi sesenta años, por favor fueron cosas de juventud, yo ni me acordaba, anda, venga un abrazo».
«No» contestó seco Manuel. «Yo no soy tu amigo. No quiero ese abrazo. Solo quiero decirte que hice algo que nunca debí hacer. Te odio Tasio, me arrebataste a la mujer de mi vida y te odio doblemente porque la convertiste en una infeliz hasta sus últimos días, porque la traicionaste, la maltrataste y le fuiste infiel siempre que pudiste»
Tasio replicó molesto «¿Y para eso te diriges a mí?, venga hombre, vienes a molestarme para nada, déjame en paz, vale… acepto tus disculpas y ahora márchate por donde has entrado idiota» y se echó a reír socarronamente.
Pero Manuel le contesto con calma «Yo no te he pedido disculpas Tasio, no te equivoques, te he dicho que hace años mi actitud no fue la adecuada. Nunca debí pegarte. Lo que debería haber hecho y no hice fue matarte por hijo de puta, pero ahora he vuelto al pueblo a quedarme…”
Giró sobre si mismo y salió del local.
Foto original de https://es-la.facebook.com/AccionPoeticaOficialmty/posts
Excelente! Muy bueno de verdad.
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Muchas gracias por tu comentario y apreciación. Acabo de visitar tu blog y ya soy seguidor tuyo.
Muy interesante lo que he leído. Un abrazo.
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Nunca es tarde para enmendar un error, pero el tiempo es demasiado breve y precioso como para perderlo en regodearse en ellos y en transformar enmienda en venganza
El tiempo es un maní 😉
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Es cierto que nunca es tarde, pero en relaciones enquistadas como la descrita, subyace una sensación de agobio, de rencor, de dolor propio pero también especialmente del dolor de su amada. Las historias de venganza siempre han existido y existirán, forma parte de la naturaleza humana. Y por supuesto coincido contigo en que el tiempo es un maní y eso que no recuerdo si fue antes o después…..😉
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Me encantó tu relato, Carlos!!!
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Gracias Claudia como siempre un placer recibirte
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El tal Manuel me ha dado un poco de yuyu…jajjaaa Yo de Tasio ya estaría haciendo las maletas😅
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Seguramente debería andar con ojo, tengo la impresión de que Manuel no va de farol.
Un abrazo
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Muy bueno, da que pensar. ¿Merece la pena vivir tantos años guardando esa sed de venganza? Es en cierto modo darle la victoria a la otra persona, el pobre Miguel se ha pasado la vida pensando en su ex-amigo. De cualquier modo, muy difícil, si no imposible, es decidir qué se siente y qué no. Un abrazo.
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Siempre se ha dicho que la venganza es un plato que se sirve frío y esos ánimos de venganza se han gestado durante años obsesivamente. Mucho me temo que para el protagonista, ahora ya es muy tarde para cambiar.
Un abrazo Luna.
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Vaya cambio de registro de un texto a otro. No dejas de sorprenderme.
La historia tremenda pero seguro que con un viso de realidad porque la venganza mueve pasiones.
Un abrazo.
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Gracias Sabius, me alegra sorprenderte a estas alturas jajaja. Estas historias siempre pueden llegar a ser verídicas, ya sabes que la realidad supera a la ficción y la venganza da mucho juego. Un abrazo.
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Cuando alguien te ha hecho daño, no es algo que se olvide fácilmente (aunque para pensar en cargarse a ese alguien, la cosa tiene que ser muy gorda). Un relato muy entretenido, Carlos. Quizás se podría hacer una continuación, a ver si se cumple eso de que «la venganza es un plato que se sirve frío». Abrazos
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Una cosa es no olvidar y otra buscar venganza, pero también el tiempo y el rencor lo magnifica todo. Muchos relatos podrían tener una segunda parte, nunca se sabe…. Me gusta una frase de Borges que dijo que la mayor venganza es el olvido. Muy acertado. Un abrazo Mayte.
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Ufffff, después de tantos años… pero si realmente fue tan mala que le dio a esa mujer, lo mismo hasta es normal ese rencor con el dolor que implica. Besos a tu alma.
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Mejor el olvido que el rencor, pero cada persona somos un mundo difícil de interpretar.
Un abrazo a tu alma.
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Hola Carlos,
Contundente sin lugar a dudas!, me he quedado anonadada 🙂 , pero me gustan tus cambios de registro!.
Un abrazo
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Me gusta mucho cambiar de registro, yo creo que así el blog es más variado y de esa manera también puedo sorprenderos de vez en cuando, me alegra que esas variaciones te gusten.
Un abrazo Natali.
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Hay heridas que el tiempo no cura y se arrastran durante toda la vida. Ahí queda una amenaza latente. Un abrazo.
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Es como un enquistamiento patológico, una herida que ni la distancia ni el tiempo pudo sanar. Y eso debe afectar sin duda a la felicidad y generar una profunda frustración.
Un abrazo.
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En todo caso el relato contiene muchas posibilidades posteriores. Un abrazo
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Si, me lo han dicho, queda muy abierto, me gusta que el lector imagine…
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Eso, muy bien hecho Carlos, que ponga al menos algo de su parte.
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Me ha encantado amigo. Un abrazo
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Me alegro José Carlos, tocaba un cambio de registro.
Un abrazo.
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Uy, la venganza nunca fue buena consejera 😨 Qué amenaza más clara, aunque sea merecida… Muy bueno, Carlos! 😊 😘
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Mejor el olvido que la venganza, pero claro, si se puede…
Me alegra que te haya gustado. Abracada ☺️
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Muy bien resuelto este relato.¿ Has leído «el último encuentro» de Sàndor Màrai ?
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Gracias, me alegro que te haya gustado. No he leído ese libro pero casualmente es uno de los que tengo pendientes de leer que me regalaron hace poco. Me dieron muy buenas referencias. Se me acumula la lectura, pero ya lo tengo en mi mesilla. Deduzco de tus palabras que está muy bien. Un abrazo.
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Oh sí! Sàndor Màrai es uno de los grandes
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Pues pronto lo leeré, de momento estoy terminando «el asesinato de Sócrates».
Gracias y un abrazo.
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Estupendo relato. Supongo que el rencor viene de la vida que llevó su amada. Si ésta hubiera sido feliz, seguramente no hubiera olvidado, pero hubiera perdonado. Pero lo que había sufrido con él, no lo pudo superar nunca.
Un abrazo, Carlos.
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Así pudo ser, no es lo mismo olvidar que perdonar y claro que depende de lo que haya sucedido. Compartimos opinión y si su amada hubiera sido feliz, tal vez no hubiera pasado esto. Me alegra que te haya gustado. Un abrazo Estrella.
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Pues, pues… Da que pensar como puede acabar la historia.
Un saludo.
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La venganza es un plato que se sirve frío pero después de tanto tiempo, es como para tomársela muy en serio. Emociones agrandadas con el paso del tiempo. Un abrazo
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¡Cuán variado y ameno es el menú que encontramos en tu blog, Carlos! Creo que ya es hora de comenzar a pensar sobre cómo clasificarás la recopilación de los mismos… Y así, de pronto nos sorprendes contándonos que ya constituyen un libro.
La historia de tu relato muy buena; pero me molesta saber que alguien pueda guardar amargura y rencor por tanto tiempo.
¡Un gran abrazo, amigo!
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Gracias Sara, aun es pronto para pensar en un libro pero no te niego que es una idea atractiva. Que vida mas triste la de Manuel, quizás le duela tanto por la infelicidad de su amada. Desde luego es mucho tiempo para seguir recordando de esa manera. Un abrazo.
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