Mis clientes

Trabajo en la cafetería de un hospital.

Yo creía que el trabajo sería parecido al del verano pasado, cuando durante tres meses trabajé en un restaurante de un pueblo de la costa, pero aunque en esencia es lo mismo, servir desayunos, comidas, bebidas, cafés, etc… en la práctica es muy diferente.  Allí en la costa, casi todo era alegría, gentes de vacaciones, de buen humor, con tiempo libre para disfrutar.

Aquí sin embargo todo es tan diferente. Se aprecian los nervios, la preocupación, en unas caras que lo reflejan todo. En esa taza de café que se agarra con la mano temblorosa, en ese menú que queda casi intacto en la mesa, cuando las noticias sobre nuestros seres queridos hacen que se cierre literalmente el estómago. Y por supuesto, lágrimas desde el final de la barra, o desde una mesa discreta.

También hay gestos distendidos, de relajación, cuando la incertidumbre ha volado. Cuando aquella persona que ayer apenas pudo tomarse un zumo, hoy devora un pincho de tortilla y una cerveza, señal inequívoca de que lo peor ha pasado. Caras de cansancio pero con una leve sonrisa que comienza a arrancar en sus caras.

Yo trato a todos con la máxima discreción, intentando ser educado y servicial. No doy conversación si no me la dan a mí. A veces me fijo en ellos e intercambio un gesto amable, una mueca de sonrisa, una mirada de ánimo.

De vuelta a casa en el metro pienso en ellos, en las historias que hay detrás de la barra de la cafetería o en las mesas. Historias de esperanza e ilusión, pero también de dolor.

Me gusta mi trabajo y me gusta cuidar de todos ellos, porque sonriendo o tristes, son por encima de todo mis clientes.

Dedicado a MTA 

foto: Hospital Valdecilla – http://www.eldiariomontanes.es/

Autor: Montalleri

Ahorremos explicaciones, nunca emociones

29 opiniones en “Mis clientes”

    1. Yo también he visitado el hospital con demasiada frecuencia por mis padres y siempre he agradecido una mirada cómplice y cercana. Quizás más del personal sanitario, pero las cafeterías de los hospitales son un pozo de sensaciones y emociones agridulces. Un abrazo.

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    1. Gracias Luna, es otro punto de vista a mi juicio muy válido frente a la amabilidad de quién no nos conoce, pero pone de su parte por hacernos las cosas más sencillas, incluso para tomar un sencillo café. Un abrazo.

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    1. Gracias Lidia. Con frecuencia tenemos historias a nuestro alrededor, solo hay que buscarlas y puede que nos aporten mucho. la sensibilidad y la empatía son las claves. Por fortuna tú y yo somos personas que las buscamos porque nos enriquecen mucho, verdad? Una abracada

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      1. Sí, yo también me nutro de lo que me rodea, a veces de cosa que son imperceptibles para cualquier otro 😉 Abraçada 🙂

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  1. Muy bueno tu relato. Sin duda no tiene nada que ver un restaurante en la costa que una cafetería en un hospital a pesar de que, como dice tu personaje, el trabajo sea el mismo. Es algo en lo que no todo el mundo repara, pero tú has sabido verlo y también contárnoslo. Abrazos

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    1. Gracias Mayte. He pasado tiempo en el hospital con mi padre y sucede que sin darte cuenta, comienzas a tener una singular relación con algunas de las personas que trabajan allí. Esto es un pequeño homenaje, centrado en esos camareros que nos hacen más fácil los malos momentos, aunque sea con una sencilla sonrisa de apoyo. Un abrazo.

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    1. Muchas gracias Sara. No te niego que siento curiosidad por muchas cosas y sensaciones. Eso ha sido de siempre desde hace años. El entorno y la cotidianidad esconden historias que solo hay que intentar descubrir.
      Otro gran abrazo para tí.

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  2. Un relato lleno de humanidad.
    Los hospitales, incluso los consultorios médicos o los ambulatorios, forman micromundos donde todo está a flor de piel y todo parece posible, desde la esperanza pesimista a la más incrédula alegría.
    Intento volver a «estar presente» y es un placer reencontrar a los viejos amigos trabajando… y a gran nivel, como es costumbre 😀
    Un abrazo, Carlos

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    1. Conoces el tema verdad? qué bien lo has definido, estando todo a flor de piel, nada mejor que encontrar personas sensibles y amables cada uno en su faceta, que sean capaces de empatizar pese a las dificultades.
      Un abrazo.

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  3. La cafetería del hospital a veces es un pequeño refugio para los acompañantes que esperan y un gesto cálido y amable ayudará a soportar la incertidumbre, más aún cuando el personal sanitario debe mantener una sana distancia. Estupendo. Un abrazo.

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    1. Son lugares de encuentro de emociones muy diferentes a las que hay que dar salida con la ayuda de un gesto de empatía y amabilidad en momentos de enorme dificultad. Es mi pequeño homenaje. Un abrazo Carlos..

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  4. Uno de mis entretenimientos desde jovencita ha sido observar discreta y silenciosa. Imaginar las historias de los demás. Recuerdo un día sentada en la Puerta del Sol. Tanta gente pasando. tantas emociones, tantas expresiones, tantos matices, Tantas realidades en una misma. Muchos años después la película Amelie puso imagen, sonido y palabras a esa sensibilidad que desarrollé y que practico de cuando en cuando. Carlos, eres un mago con las palabras. Tu precisión, tu manera de describir, tu extraordinaria sensibilidad para transformar emociones en palabras me resulta fascinante. Hoy, después de muchos días, puedo permitirme leer y dejar mi opinión sobre lo leído, que se resumen en un FELICIDADES. Un abrazo de sábado.

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    1. Hola Marina, que bien volverte a leer por aquí. Es curioso porque lo que cuentas de tus entretenimientos, me lo podía aplicar a mi mismo. Cuando era digamos…más joven😉 llevaba una libretita con un lápiz en la que apuntaba todo aquello que me llamaba la atención. Coincido de nuevo en tu comentario sobre Amelie una película llena de magia. Pero yo no soy mago con las palabras amiga, para nada. Me alegra que te guste mi manera de escribir y de describir, no te niego que me suben los colores😊 Gracias por tus sentidas palabras. Y recibe un abrazo de sábado incluso de domingo también, en esta mañana soleada y un tanto reflexiva.

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  5. Muy entrañable. Me ha encantado. Y es cierto. Hay muchas historias, muchos rostros desconocidos con una historia por contar repleta de sentimientos. Un abrazo Carlos

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    1. Así es, solo basta con tener un poco de sensibilidad para encontrar esas historias y si ello no fuera posible, seguro que hay muchos detalles que nos pueden permitir reconstruirla.
      Un abrazo y como siempre agradecido de tus visitas.

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