Nunca me ha importado hacer la maleta, de hecho siempre he sido muy práctico con lo que había que meter dentro.
Ahora salgo de viaje una vez más y sin embargo, tengo dudas sobre que llevarme.
Estaba doblando los recuerdos cuando he pensado si llevármelos todos o solo unos cuantos, como he hecho, por ejemplo, con los sentimientos, que no me los llevo todos, porque hay algunos que ya no me «quedan bien», que en su momento fueron importantes, pero que tuve que olvidarlos para intentar salir adelante.
De las emociones me llevo solo las escogidas, incluso si contienen algunas lágrimas aunque no quisiera que me las vieran en el control de equipajes.
Sucede que los recuerdos van asociados a sentimientos y a emociones y si llevo lo uno, tengo que llevar lo otro. ¡A ver cómo puedo solucionarlo!
Lo que en principio no me llevo es la nostalgia, ni el miedo, ni el desánimo.
Y lo que tengo claro, es que voy a dejar un hueco para poder meter allí la felicidad, por si acaso me la encuentro a lo largo del viaje.
foto: http://maxpixel.freegreatpicture.com
Muy lindo ojala y se pudiera hacer una maleta así, y mandar en lo que nos llevamos o dejamos de todo lo que tenemos dentro del alma. Besos a tu corazón.
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Gracias María del Mar, debemos esforzarnos en elegir aquello que queremos que nos acompañe en la vida. Intuyo que no es sencillo pero hay que intentarlo. Un abrazo a tu alma.
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Qué chulo! Me ha encantado! Y es que todos llevamos una «mochila» (o maleta) con recuerdos, experiencias vividas, sentimientos…
Muy acertado. Un abrazo, Carlos! 😊
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Me alegra que te haya gustado Lidia, se habla mucho de llevar la mochila y la verdad es que es algo bastante literal, de lo que a menudo cuesta seleccionar lo verdaderamente relevante para nuestras vidas. Un abrazote.
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Sería una suerte poder elegir ese equipaje. Muy bonito.
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Es cierto Luna, pero es una suerte que depende mucho de nosotros siempre que nos lo propongamos. Me alegra que te haya gustado. Un abrazo.
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Qué bello! Tu relato me recordó una canción que cantaba con mis hijos que se llama justamente «valijas»… » Voy a poner todas las cosas que me hacen bien, voy a dejar todas las cosas que me hacen mal….» Hermosos recuerdos para acomodar en esa maleta. Gracias!!!
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Gracias a ti Claudia por tus palabras. Caramba, no conocía esa canción pero la letra viene como anillo al dedo a este texto. Y es que a veces es tan difícil, ubicar los recuerdos…Un abrazo
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Hermosa analogía. Ojalá tuviéramos ese control sobre el «equipaje» que acarreamos en cada etapa de nuestro viaje «vital»… o quizás no… demasiado autocontrol es enemigo de hermosas locuras…
En todo caso muy Lindo
Gracias por hacerme pensar
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Hola Ecléctica, creo que parte de ese control lo podemos tener seleccionando con criterio nuestro “equipaje”, no digo que sea fácil pues como señalo en el texto, recuerdos y emociones van de la mano. Las locuras son independientes de ese control y creo que son absolutamente lindas y necesarias. Me alegra hacerte pensar. Un abrazo.
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Qué bonito, Carlos!! A mí también me cuesta decidir qué recuerdos meter en la maleta. A veces meto algunos que no debería… Un abrazo
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Gracias Mayte. Claro es lo que pasa, que conforme hacemos maletas, como metáfora de la vida, vamos modificando el equipaje con mayor o menor acierto. A mí me pasa igual cuando “doblo” mis recuerdos. Me alegra que te haya gustado. Un abrazo.
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Sea maleta o sea mochila cuanto más ligera mejor, sobretodo de esos sentimientos y recuerdos que ya no nos quedan bien, me gusta mucho esa expresión que has usado, porque a veces vivimos en exceso de recuerdos que llevamos a cuestas como si de un pesado traje se tratase.
Un texto muy emotivo. Gracias por compartirlo. Un abrazo.
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Hola Sabius, es que al igual que pasa con la ropa, hay emociones que ya no nos valen, a fin de cuentas nuestro corazón o nuestro espíritu también va “cambiando” con el tiempo. Me alegra que te haya gustado, encantado de compartirlo con vosotros. Un abrazo.
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Para ese viaje, cuenta con mis mejores augurios Carlos. es la mejor preparación que he escuchado en mi vida. Un abrazo.
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Muchísimas gracias Carlos por tus palabras, la vida me ha permitido hacer muchas “maletas emocionales” y algo de experiencia queda, aunque no siempre se acierte como si de ropa se tratase cuando vas de viaje y te dejas el paraguas. Un abrazo amigo.
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Espero esl hueco para la felicidad sea muy grande y lo llenes pronto, como todos quisiéramos hacer. Me gustó la metáfora.
Abrazo de luz
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Siempre debemos dejar espacio para la felicidad, incluso para las lágrimas, todo nos ayuda a aprender y a mejorar. Gracias por tus visitas. Un fuerte abrazo.
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Muy sentido, gracias también por la Esperanza
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Bienvenida de nuevo Dama de Noche. Te agradezco tus palabras. Por cierto que aprovecho para enviarte recuerdos de tu amigo Cly al que ví hace poco. Un abrazo.
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Precioso Carlos. Un abrazo
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Gracias José Carlos por tus palabras.
Un abrazo
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Precioso. Llévate mucha alegría. Buen viaje
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Muchas gracias, por tus palabras y por tu visita. La alegría siempre tiene cabida en nuestras maletas, verdad? Un abrazo.
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Siempre me sorprenden tus temas, Carlos. Variados, entretenidos, profundos, emotivos, sabios, disparatados… En fin, de todo un poco, pero siempre muy bien logrados. ¡Muy bueno! Mientras más ligera la maleta, más fácil podrá recorrer cada cual su camino.
¡Un gran abrazo!
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Gracias Sara por tus palabras, me gusta mucho que pienses eso de mi blog, porque en verdad siempre procuro dar un giro para que sea muy variado y entretenido con temáticas diferentes, para no encasillarme. Gracias de nuevo. En cuanto a la maleta emocional, es necesario hacerla y deshacerla de vez en cuando sacando o metiendo aquello que nuestra vida nos exija en cada momento. Un abrazo amiga.
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Ánimo en tu viaje, ojalá encuentres la tan ansiada felicidad. Qué escurridiza es! Besos
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Gracias Ana. Mi viaje es como el tuyo, es como el de todos, siempre tenemos que tener preparada nuestra maleta emocional. Un abrazo
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Me ha encantado y sorprendido tu maleta, Carlos.
Me ha sorprendido porque al leer el título del texto no me esperaba para nada lo que leído en él. No sé por qué me esperaba algún viaje a algún sitio. Mucho más original y adecuado el contenido que le has dado tú a la maleta.
Me ha encantado porque has metido dentro de la maleta todo aquello que merece la pena llevarse con uno cuando se va, dejando lo que sobra o estorba.
Has hecho bien el dejar un hueco para la felicidad; segura que la encuentras por el camino y así te la puedes llevar contigo.
Besos.
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Muchas gracias Lola, me gusta haber sido capaz de sorprenderte. Es verdad que a veces el título y la foto pueden indicar otro tipo de texto. Pero me apetecía el aspecto emocional desde una perspectiva un poco diferente. Como he dicho en otro comentario, he hecho y deshecho alguna que otra maleta emocional y siempre dejo el hueco para la felicidad.
Gracias por tus visitas y un fuerte abrazo.
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Supongo has leído un post que me dedicó nuestro amigo Antonio Llamas sobre aligerar la mochila…
Voy a tener tu entrada como libro de cabecera para que, cada vez que organice mi maleta, mirarlo y no llevar lo superfluo o lo que pueda hacerme daño.
Un abrazo.
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Hola Estrella, tenía este comentario tuyo sin responder y no me gusta dejar de hacerlo. Es bueno revisar de vez en cuando la maleta emocional. Qué tal…ya has elegido tus tres blogs? No es sencillo pero todo está hecho con buena voluntad y cariño, así avanzamos tod@s. Suerte en tu elección. Un abrazo.
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Hola Carlos,
Me he tropezado con tu relato de «La Maleta» y ya me has atrapado! 🙂
Estoy totalmente de acuerdo, en «La Maleta», «El Corazón» o en cualquier otro lugar del alma, hay que dejar espacio para lo Bueno, Feliz, y Fantástico que está por llegar; así que es muy necesario, sanear de vez en cuando, dicha «Maleta». Saludos!
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Hola Natali, primero bienvenida a mi blog. Espero que el tropiezo con mi maleta haya sido para bien. Creo que hay que positivizar todo lo que se pueda en busca de la mayor felicidad. Pasaré por tu blog. Un abrazo,
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