La maleta

Nunca me ha importado hacer la maleta, de hecho siempre he sido muy práctico con lo que había que meter dentro.

Ahora salgo de viaje una vez más y sin embargo, tengo dudas sobre que llevarme.

Estaba doblando los recuerdos cuando he pensado si llevármelos todos o solo unos cuantos, como he hecho, por ejemplo, con los sentimientos, que no me los llevo todos, porque hay algunos que ya no me «quedan bien», que en su momento fueron importantes, pero que tuve que olvidarlos para intentar salir adelante.

De las emociones me llevo solo las escogidas, incluso si contienen algunas  lágrimas aunque no quisiera que me las vieran en el control de equipajes.

Sucede que los recuerdos van asociados a sentimientos y a emociones y si llevo lo uno, tengo que llevar lo otro. ¡A ver cómo puedo solucionarlo!

Lo que en principio no me llevo es la nostalgia, ni el miedo, ni el desánimo.

Y lo que tengo claro, es que voy a dejar un hueco para poder meter allí la felicidad, por si acaso me la encuentro a lo largo del viaje.

 

foto: http://maxpixel.freegreatpicture.com

 

 

Autor: Montalleri

Ahorremos explicaciones, nunca emociones

34 opiniones en “La maleta”

  1. Qué chulo! Me ha encantado! Y es que todos llevamos una «mochila» (o maleta) con recuerdos, experiencias vividas, sentimientos…
    Muy acertado. Un abrazo, Carlos! 😊

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  2. Hermosa analogía. Ojalá tuviéramos ese control sobre el «equipaje» que acarreamos en cada etapa de nuestro viaje «vital»… o quizás no… demasiado autocontrol es enemigo de hermosas locuras…
    En todo caso muy Lindo
    Gracias por hacerme pensar

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    1. Hola Ecléctica, creo que parte de ese control lo podemos tener seleccionando con criterio nuestro “equipaje”, no digo que sea fácil pues como señalo en el texto, recuerdos y emociones van de la mano. Las locuras son independientes de ese control y creo que son absolutamente lindas y necesarias. Me alegra hacerte pensar. Un abrazo.

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    1. Gracias Mayte. Claro es lo que pasa, que conforme hacemos maletas, como metáfora de la vida, vamos modificando el equipaje con mayor o menor acierto. A mí me pasa igual cuando “doblo” mis recuerdos. Me alegra que te haya gustado. Un abrazo.

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  3. Sea maleta o sea mochila cuanto más ligera mejor, sobretodo de esos sentimientos y recuerdos que ya no nos quedan bien, me gusta mucho esa expresión que has usado, porque a veces vivimos en exceso de recuerdos que llevamos a cuestas como si de un pesado traje se tratase.
    Un texto muy emotivo. Gracias por compartirlo. Un abrazo.

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    1. Hola Sabius, es que al igual que pasa con la ropa, hay emociones que ya no nos valen, a fin de cuentas nuestro corazón o nuestro espíritu también va “cambiando” con el tiempo. Me alegra que te haya gustado, encantado de compartirlo con vosotros. Un abrazo.

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    1. Muchísimas gracias Carlos por tus palabras, la vida me ha permitido hacer muchas “maletas emocionales” y algo de experiencia queda, aunque no siempre se acierte como si de ropa se tratase cuando vas de viaje y te dejas el paraguas. Un abrazo amigo.

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  4. Siempre me sorprenden tus temas, Carlos. Variados, entretenidos, profundos, emotivos, sabios, disparatados… En fin, de todo un poco, pero siempre muy bien logrados. ¡Muy bueno! Mientras más ligera la maleta, más fácil podrá recorrer cada cual su camino.
    ¡Un gran abrazo!

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    1. Gracias Sara por tus palabras, me gusta mucho que pienses eso de mi blog, porque en verdad siempre procuro dar un giro para que sea muy variado y entretenido con temáticas diferentes, para no encasillarme. Gracias de nuevo. En cuanto a la maleta emocional, es necesario hacerla y deshacerla de vez en cuando sacando o metiendo aquello que nuestra vida nos exija en cada momento. Un abrazo amiga.

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  5. Me ha encantado y sorprendido tu maleta, Carlos.
    Me ha sorprendido porque al leer el título del texto no me esperaba para nada lo que leído en él. No sé por qué me esperaba algún viaje a algún sitio. Mucho más original y adecuado el contenido que le has dado tú a la maleta.
    Me ha encantado porque has metido dentro de la maleta todo aquello que merece la pena llevarse con uno cuando se va, dejando lo que sobra o estorba.
    Has hecho bien el dejar un hueco para la felicidad; segura que la encuentras por el camino y así te la puedes llevar contigo.
    Besos.

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    1. Muchas gracias Lola, me gusta haber sido capaz de sorprenderte. Es verdad que a veces el título y la foto pueden indicar otro tipo de texto. Pero me apetecía el aspecto emocional desde una perspectiva un poco diferente. Como he dicho en otro comentario, he hecho y deshecho alguna que otra maleta emocional y siempre dejo el hueco para la felicidad.
      Gracias por tus visitas y un fuerte abrazo.

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  6. Supongo has leído un post que me dedicó nuestro amigo Antonio Llamas sobre aligerar la mochila…
    Voy a tener tu entrada como libro de cabecera para que, cada vez que organice mi maleta, mirarlo y no llevar lo superfluo o lo que pueda hacerme daño.
    Un abrazo.

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    1. Hola Estrella, tenía este comentario tuyo sin responder y no me gusta dejar de hacerlo. Es bueno revisar de vez en cuando la maleta emocional. Qué tal…ya has elegido tus tres blogs? No es sencillo pero todo está hecho con buena voluntad y cariño, así avanzamos tod@s. Suerte en tu elección. Un abrazo.

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  7. Hola Carlos,

    Me he tropezado con tu relato de «La Maleta» y ya me has atrapado! 🙂
    Estoy totalmente de acuerdo, en «La Maleta», «El Corazón» o en cualquier otro lugar del alma, hay que dejar espacio para lo Bueno, Feliz, y Fantástico que está por llegar; así que es muy necesario, sanear de vez en cuando, dicha «Maleta». Saludos!

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  8. Hola Natali, primero bienvenida a mi blog. Espero que el tropiezo con mi maleta haya sido para bien. Creo que hay que positivizar todo lo que se pueda en busca de la mayor felicidad. Pasaré por tu blog. Un abrazo,

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