Nos dimos un cálido abrazo. Se que es lo que más agradece, porque hay muchos ignorantes que se lo niegan.
Hace años Rafa cometió un error y fue condenado a tres años de cárcel, de allí se trajo no solo la experiencia más oscura de su vida, sino también el peor compañero de viaje que pudo encontrar: el VIH.
Ha pasado mucho tiempo, rehabilitado por completo y en permanente tratamiento médico para el resto de su vida, Rafa ha encontrado un trabajo de casi mileurista que le permite evadirse un poco de sus muchos problemas. Apoyado siempre por su fiel Ana, tienen una niña adoptada que es su ojito derecho.
Me estremezco cuando me explica que su propio hermano es incapaz de abrazarle y que hubo «amigos» que le negaron la mano.
Yo le digo que es cuestión de ignorancia y que el mundo está lleno de ignorantes. Y nos despedimos con otro cálido abrazo.
La ignorancia es muy atrevida… Triste realidad la que viven los enfermos de sida. Muy bien planteado el tema.
Un abrazo, Carlos!
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De nuevo los prejuicios de los que hemos hablado en otras entradas. Aquí se añade además un desconocimiento de la enfermedad y con frecuencia ideas preconcebidas y erróneas. Por fortuna la tolerancia va ganando terreno aunque poco a poco. Una abracada Lidia
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Afortunadamente, aunque sigue habiendo un cierto rechazo por parte de algunas personas, la mayoría de la gente ya ve esta enfermedad como algo crónico que se puede controlar con un tratamiento.
Creo que quien margina a los afectados por el VIH, son gente propensa a marginar a todo lo que se salga de sus preferencias y prejuicios.
Un abrazo.
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Es cierto Estrella que el rechazo va dejando paso a la solidaridad y a la comprensión. Aunque aún hay mucho por hacer. La lucha contra los prejuicios es larga. Un abrazo.
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Sé que se cura, con una vida ordenada, buena comida y mucho cariño, el virús desaparece. Un abrazo.
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Es importantísimo el cariño y la solidaridad, pero además de ello y por supuesto de la medicación y la vida ordenada como tu la defines, también es necesaria esa pizca de suerte que siempre hay que tener para afrontar y ganar una batalla tan compleja. A veces se gana, a veces no. Un abrazo.
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Bueno, no se «cura», pero la carga viral puede descender hasta ser estadísticamente 0. Lo que sí es cierto es que se puede llevar una vida completamente normal, debemos quitar ya los estigmas y seguir luchando, pues el vih sigue siendo una enfermedad mortal para muchas personas que no se pueden permitir los ARV (Antiretrovirales) en muchos países del mundo y sobre todo no se pueden permitir lo que tú apuntas con toda la razón: una laimentación equilibrada, vida digna libremente elegida y mucho amor.
Gracias por tu escrito.
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Así es, las posibilidades de llevar una vida normal son evidentes y al menos en el caso que ocupa este blog, de una persona cercana a mí, son absolutamente satisfactorias. Aún hay mucho que trabajar, en el plano de concienciación en sociedades como la nuestra y muy especialmente en el plano médico y de cuidados en aquellos lugares en los que sigue siendo una enfermedad mortal. Gracias por tu aportación. Un abrazo.
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Reitero las gracias a ti por seguir sacando a la luz este tema.
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A ti por añadir precisión con éste comentario. Un abrazo.
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por mas que reiteren la información al respecto hay personas que les cuesta mucho entender que la enfermedad se contrae por otras vías y no por dar un abrazo
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Por supuesto y esas vías están perfectamente definidas. A veces los miedos, la ignorancia o sencillamente no querer conocer provocan situaciones complicadas. Gracias por tu aportación, un abrazo.
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SI ESTAS SON COSAS QUE DEBERÍAN ESTAR MAS CLARAS
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La ignorancia, a veces, se convierte en la madre de la crueldad. Inconsciente y malévola. Pero para eso se invento el amor y el cariño, para subsanar ese error de la naturaleza humana.
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Bienvenido Javier, es curioso porque esas «palabras de Javier» que dan título a tu blog son en el caso de tu comentario exactas y precisas. Las asumo por completo. Yo no lo hubiera dicho mejor. Un abrazo.
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Que bueno que puedes abrazarle Carlos. Realmente nada más duro que el desprecio… todos cometemos errores, unos con consecuencias más visibles que otros. Si partiéramos de ese principio no andaríamos por ahí, negando abrazos.
Un abrazote para tí Carlos.
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Yo creo Awilda que es un desprecio con o sin mala fe , pero en buena parte fruto de la ignorancia. Tienes razón todos comentemos errores y precisamente por eso, no debemos ir por la vida juzgando a los demás. Pero negar un simple abrazo puede llegar a ser muy cruel. Un abrazo
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Realmente si, es un desprecia que duele!!!
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A estos tiempos ya hay suficiente información sobre la enfermedad pero quedan los ecépticos que nuncan faltan. Un abrazo por el tema bien planteado.
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Gracias macalder por tus palabras, escepticismo y miedos a partes iguales. Es más cómodo pasar de puntillas que informarse y actuar. Un abrazo.
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Hasta que llega la educación hay espacio para el miedo, el desprecio… Ojo, no me vi en la situación. Quizás hubiera actuado igual
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Yo quiero pensar que la mayor parte es un desprecio basado en el desconocimiento, de ahí el título del post, más por ignorancia y temores que por otra cosa. Es interesante tu planteamiento y tu duda. ¿Cómo actuar? Nunca sabemos como hubiésemos actuado hasta encontrarnos en la misma situación. En mi caso lo tuve claro por una razón de amistad y cariño. Un abrazo.
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Entiendo. Y admiro tu valiente y serena decisión. Pero yo en situaciones más o menos similares siempre tuve que pensar y repensar y, aún así, a veces tomé decisiones que luego lamenté
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Casualmente he contestado a otro bloguero diciendo:»Yo entiendo también a las personas reticentes, a nadie se le puede obligar» Lo importante es aprender de la experiencia y evitar juzgar. De nuevo gracias por tu sincero comentario que enriquece mucho el contenido del texto.
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He realizado durante seis años labores de voluntariado en una casa de acogida para personas con SIDA, estoy en un Comité Antisida y lo único que me han transmitido es humanidad.
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No tengo la gran experiencia que tu aportas, pero en base al caso que ha originado este post, referido a un buen amigo mío, comparto por completo la humanidad que transmiten y que a veces no es correspondida por la sociedad. Un abrazo.
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Un abrazo
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Espléndido amigo, me ha encantado. Un fuerte abrazo
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Gracias José Carlos, un tema complejo el de hoy. Un abrazo
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El miedo es libre pero el respeto a estos enfermos debiera permanecer intacto. Como te han dicho ya hay información de sobra para entender como funciona esta enfermedad. Negar un simple abrazo no se justifica. Un tema que sigue candente pese al transcurso del tiempo. Me ha gustado la forma tan directa y a la vez entrañable como planteas la situación. Un abrazo Carlos.
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La manera de plantearlo es la pura realidad de la situación, adornada si quieres con respeto y amistad. Yo entiendo también a las personas reticentes, a nadie se le puede obligar. Solo me gustaría una pizca más de solidaridad y de comprensión. Y por supuesto de conocimiento del tema. Un abrazo
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Es deliberado subestimar a esta cruel enfermedad, pero es de malaje disfrazarse de ignorante en los días actuales en los que hay y ha habido tanta avalancha de información veraz sobre este mal. El rechazo de alguien hacia esa persona enferma no forma parte de ninguna excusa y solo demuestra una falta de compromiso con la realidad de quien lo hace. Un abrazo, Carlos.
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Excelente comentario, se puede decir más alto, pero no más claro. A menudo el ignorante lo es por la propia comodidad de serlo, por no querer conocer y aún menos intentar comprender la situación, pero en efecto, eso no es excusa jamás para abandonar la sensibilidad y la solidaridad. Un abrazo.
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Cierto, el mundo está lleno de ignorantes, de cobardes e intolerantes. Gracias por este ejemplo de vida que nos has compartido. Besos a tu corazón.
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Cierto María del Mar, si has leído los comentarios que ha generado el post, habrás visto que todos compartimos una opinión similar a la que comentas, con algunos matices pero similar en contenido, Un abrazo a tu alma.
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Cobarde por mal conocimiento, los hay en todos lados.
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Totalmente cierto Paula. Abrazo
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Lo leí cuando lo escribiste, ese día me pasó algo que me sobrecogió al leerte. He dudado si escribirlo o no, finalmente he decidido hacerlo porque no desvelo nada, no rompo mi secreto profesional. Ese día cuidé a un paciente que tenía hepatitis C. Los sanitarios cumplimos las normas universales de protección y tocamos a todo el mundo con guantes. Ponemos especial atención en protegernos si conocemos factores de riesgo. Es una medida de protección laboral. Sin embargo, también somos personas y conocemos el efecto curativo del piel con piel, del calor humano. Ese día, despedí a mi paciente cogiéndole de la mano, sin guantes, mirándole a los ojos y diciéndole que se cuidara y que esperaba que se recuperara pronto. Se emocionó. Tomó mi mano entre las suyas y mirándome fijamente me dijo: «gracias». Ni te imaginas el intercambio que hubo en unos instantes, especialmente en los silencios. Nada como la piel. Nada como ser humanos. Gracias por tu texto, fue realmente significativo para mí leerlo. Un abrazo.
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La realidad Marina, es que gestos como el que describes hablan de tí y de tu forma de ver la vida y tu profesión. Me alegra que te gustara este texto y que en cierta medida te sobrecogieras al leerlo, pero esta vez soy yo quién te da la enhorabuena por tu caracter y por tu forma de ser. He visto fallecer a mi madre y mi padre, ya mayores y sin la menor duda, el trato recibido en los momentos delicados que a veces son los últimos son un factor decisivo en el inicio de sus respectivos viajes. Por desgracia no todos lo entienden así. Pero por fortuna hay profesionales diferentes como es tú caso en los que prevalece la humanidad ante todo y sabes que… en el caso de mi madre, me hubiera encantado que se hubiera encontrado con alguien como tú en algunos de sus momentos finales. Así que vaya mi enhorabuena sincera junto a mi abrazo.
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Me dejas sin palabras Carlos. Mil millones de gracias. Sé que sabes lo que significan para mí tus palabras. Correspondo tu abrazo.
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