Le manchaba los dedos de harina al entregarle el paquete, pero daba igual, Ana lo recogía entusiasmada, porque sabía que eran unos bollos especiales, un lujo en esos años de posguerra. Como siempre, se los entregó a su madre que hizo el reparto habitual, llevándose el bollo más grande a su cuarto.
En una ocasión, Ana se encaprichó del bollo grande, y al morderlo encontró en su boca restos de papel escrito. Su madre al echarlo en falta dentro del paquete, entró en pánico y pensó en huir de la casa. Tardaron unas horas en descubrir que los dientes de Ana se llevaron el mensaje semanal del marido huido.
Estupendo relato Carlos, besos !!!
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Muchas gracias Silvia
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😊 😘 💋
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No se me ocurre mejor final para los miedos escondidos… que devorarlos…
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Hola Ecléctica, como siempre das en el clavo, si bien no es sencillo para los protagonistas de mi microrrelato. Una cosa es atragantarse con un papel y otra sentir el miedo en el cuerpo. Debieron ser tiempos muy difíciles que me gusta tratar siempre con respeto y con alguna sorpresa. Un placer volverte a leer. Un abrazo para tí y mis saludos a León.
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Muy cierto Carlos, hay muchos tipos de miedos, unos externos y transitorios como los de tu relato, otros internos y permanentes…
Me viene a la mente el cuadro de Saturno de Goya… devorar o ser devorado. ¿quién sería el miedo en el cuadro?
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El miedo y la prudencia suelen ir de la mano lo que no es cosa mala. Solo si es un miedo irracional se pueden perder los papeles y eso si que es peligroso. Pero todos los miedos externos o internos dejan huella.
En cuanto al cuadro que mencionas, es tremendo, yo creo que lo que se reflejaba era el miedo del autor, creo que está pintado en plena fase de decadencia física de Goya y aunque el tema es mitológico, su situación personal pudo ayudarle a pintar un cuadro tan “negro” en todos los sentidos. De nuevo gracias por tu comentario. Un abrazo
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Me encanta!! Muy original!! 😀 Un saludo 😊
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Me alegra que te guste, siempre anima vuestra opinión
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Una vez más final con sorpresa, aunque creo que la sorpresa es tu habilidad para cambiar de registro en cada entrada, pasando de lo obsesivo, a lo dramático, a lo humano o a lo humorístico en un pispás y eso no es nada fácil, mi enhorabuena
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Amigo Sabius, al final me sacaréis los colores, me gusta el cambio de registro como tú lo llamas, en el fondo la vida es así, a veces, drama, a veces alegría, a veces obsesión y siempre, siempre emociones. Un abrazo.
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Relato como el bollo, Con sorpresa. Un abrazo
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Carlos encantado de verte por aquí. Las sorpresas son la salsa, que no falten. Un abrazo
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Devorar al mensajero, podría decirse
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Nunca mejor dicho Antonio, en este caso aplica totalmente. Un abrazo
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Amigo eres tan talentoso , gracias por regalarnos tus líneas , que nos atraviesa por diferentes emociones .. Te admiro mucho
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Gloria, muchísimas gracias por tus palabras, como he señalado en otro comentario, vuestras palabras son siempre un estímulo importantísimo para seguir adelante. Agradecido sinceramente por esa admiración. Un abrazo.
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Solo digo la verdad , que bendición por ser un aliciente besos
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Me gusta. Un saludo y feliz lunes
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Gracias José Carlos y bienvenido a mi blog. Saludos
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Ocultos bocados familiares, un relato muy metido en harina. Gracias por tus siempre inesperadas y caleidoscopicas visiones.
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El dolor, el miedo, la huida en aquél país que ya es historia, dejaban bocados como este que a veces se atragantaban. Un placer tu visita Dama de Noche. Un abrazo.
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