El lápiz con el que ella, cada mañana, se lo dibujaba, había desaparecido y también los dibujos. Pensó que era muy extraño y se dio cuenta del silencio que reinaba en su casa. Respiro hondo y no quiso preocuparse. Pero pasadas unas horas comprendió que también ella había desaparecido.
Hizo un esfuerzo y recordó que la noche anterior le había sacado punta a todos los lapiceros. La medicina tenía efectos en su memoria. Vagamente percibió que habló con ella… pero no recordaba más. En la habitación contigua una enorme mancha de sangre le hubiera indicado cuan punzante estaba la punta del lápiz.
Es muy interesante,me encantaaaaaaa
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Hola Silvia, me alegra verte y que te haya gustado y ya sabes, cuidado con los lápices…
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🙂 MUASHHHHHH.
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Qué interesante y sorprendente!! Un saludo!! 🙂
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Hola Lidia, me gusta ser capaz de sorprender, gracias por tus palabras, Saludos
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No sé si hay que tener cuidado con el lápiz o con el sacapuntas.
Muy bonito.
Saludos
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Hola María José, probablemente la combinación de ambos pueda tener consecuencias inesperadas; encantado de verte por aquí. Un saludo
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Muy bueno el toque misterioso del desenlace. Esto si que es sacarle punta al tema ¡¡¡
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Hola Sabius, el misterio siempre suma… además no hace falta un sacapuntas para sacarle punta a todo, que tú de eso sabes. Un abrazo amigo
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Bueno..novela negra…mejor … relato negro. Muy corto pero despierta mucha imaginación. Pues, me gustó. Un beso.
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Gracias por tu comentario. La mayoría de los textos de mi blog son (y serán) microrrelatos, es un pequeño reto que me apetece. Y si, tienes razón, un poco negro…. Bienvenida a mi blog. Un abrazo.
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